por Isabelle WESSELINGH Pascale TROUILLAUD
AFP
El presidente Recep Tayyip Erdogan lanzó el ataque más virulento contra Occidente desde el intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio en Turquía, acusando a los aliados occidentales de Ankara de apoyar al "terrorismo" y a los golpistas que intentaron derrocarlo.
"Desgraciadamente, Occidente está apoyando al terrorismo y posicionándose del lado de los golpistas", dijo Erdogan en un discurso televisado desde el palacio presidencial, en respuesta a las críticas de Estados Unidos y Europa sobre la magnitud de las purgas tras el levantamiento.
"Los que imaginamos nuestros amigos están a favor de los golpistas y de los terroristas", repitió durante un foro económico organizado en la sede de la presidencia.
Esta declaración se produjo la víspera de la visita a Ankara del secretario general del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland, que debe reunirse este miércoles con el presidente Erdogan, el primer ministro Binali Yildirim y los líderes de la oposición.
Para el presidente turco, "este golpe de Estado no es sólo un evento planificado desde el interior. Los actores actuaron en el país según un guión que había sido escrito desde el extranjero".
Erdogan acusa al predicador Fethullah Gülen, que actualmente vive exiliado en Estados Unidos, de ser el cerebro del levantamiento frustrado.
"Si nosotros solicitamos la extradición de un terrorista ustedes deberían cumplir con nuestra petición y si ustedes comienzan con procedimientos burocráticos eso representa un enorme obstáculo para nosotros en nuestra lucha contra el terrorismo. ¿Qué clase de pruebas necesitan? No hay tiempo que perder, seis meses o un año, eso es simplemente intolerable", dijo el mandatario turco en una entrevista difundida el martes por la televisión mexicana Televisa.
En su discurso en Ankara, Erdogan criticó a la Unión Europea y reaccionó en particular contra la decisión de las autoridades alemanas que le prohibieron dirigirse a través de un video a sus partidarios reunidos en Colonia (oeste de Alemania) durante una manifestación de apoyo a Ankara.
Además, reprochó a Berlín que sí permitiera expresarse por videoconferencia a responsables del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, rebeldes kurdos), considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Erdogan rechazó las críticas de los europeos sobre las medidas tomadas tras el golpe, sosteniendo que "el estado de emergencia respeta los procedimientos europeos".
"Miren lo que ha hecho Francia: tres (meses) más tres, más seis, ha declarado un año de estado de emergencia", recordó.
El presidente turco acusó a la UE de no haber cumplido las promesas con respecto a la entrega de 3.000 millones de euros ofrecidos a Ankara a cambio de controlar los flujos migratorios.
Erdogan también criticó a la justicia italiana y pidió a los jueces que se "preocupen de la mafia" más que de su hijo mayor Bilal, actualmente investigado en Bolonia por blanqueo de capitales.
La sanidad y el fútbol también
La purga lanzada en Turquía tras el golpe fallido alcanzó el martes a los últimos sectores que parecían haberse salvado, la sanidad y el fútbol.
Un responsable turco que habló bajo anonimato, indicó que las autoridades emitieron órdenes de detención contra 98 miembros del personal de un gran hospital militar de Ankara, incluidos médicos.
La persecución a los simpatizantes, reales o imaginarios, de Fethullah Gülen se realiza de forma implacable desde hace dos semanas y media.
Hasta entonces había afectado masivamente al ejército, donde la mitad de los generales han sido destituidos, así como a la justicia, la educación y los medios de comunicación.
El martes, tras un registro policial, fueron detenidos medio centenar de empleados del GATA (Gulhane Military Medical Academy), entre ellos médicos militares, anunció la agencia Anadolu citando fuentes policiales.
"Hay elementos firmes que hacen pensar que los miembros del FETO (término que designa las redes de Gülen) estaban infiltrados en esta institución para ralentizar la carrera de sus rivales en el ejército y permitir a sus simpatizantes ascender más rápido", señaló a la AFP un responsable turco bajo condición de anonimato.
En tanto, la Federación de Fútbol turca anunció que despidió a un grupo de 94 funcionarios, incluyendo a varios árbitros y 36 personas sospechosas de estar implicadas en la difusión de un video sexual de un político en 2010 y de tener vínculos con Gulen fueron detenidas.
90.000 millones de euros gastados en el golpe
Por otra parte, el ministro de Comercio, Bülent Tüfenkci, ofreció una primera estimación del coste económico del golpe que hizo tambalearse al poder: cerca de 90.000 millones de euros (USD 100.000 millones).
"Si tomamos en cuenta los aviones caza, los helicópteros, las armas, las bombas y los edificios [dañados], son 300.000 millones de liras y tal vez un poco más", dijo el ministro de Comercio, Bulent Tüfenkci, al diario Hurriyet.
Tüfenkci añadió que su ministerio había anulado "numerosos pedidos del extranjero" y muchos turistas habían dejado de visitar Turquía, donde al golpe de Estado se suman los atentados atribuidos a yihadistas y a la guerrilla kurda.
Dados los graves errores cometidos por el servicio de inteligencia, Ankara pretende refundar este organismo, dividiéndolo en dos: una agencia para el espionaje exterior y otra para la vigilancia interior, según Hurriyet.
Según el diario, la inteligencia interior estaría bajo supervisión de la policía y la gendarmería, y la acción exterior, de la presidencia.