Un simple empate puede a veces provocar emociones tan fuertes como una victoria. Los aficionados del Wuhan Zall, club de fútbol de la ciudad desde la que surgió el nuevo coronavirus, no pudieron retener las lágrimas este domingo al asistir a su primer partido en directo después de la pandemia.
Luego de un inicio de temporada a puerta cerrada, la Superliga china (CSL) está de nuevo abierta a un reducido número de espectadores, con la condición que hayan sido declarados negativos en COVID-19 en un test realizado en los siete días previos al partido.
Este domingo fueron cerca de 300 aficionados del Wuhan los que realizaron los 750 kilómetros de viaje hasta Suzhou pera ver a su equipo enfrentarse a uno de los aspirantes al título, el Beijing Guoan.
Y las pruebas de emoción fueron acordes a una espera tan larga.
Luego de ir por detrás en el marcador al descanso (2-0), el Wuhan Zall estableció las tablas definitivas con dos goles en tres minutos para apuntarse un punto.
"Cuando empatamos no pudimos evitar romper a llorar en las tribunas", contó Gao Yajun, aficionado de toda la vida, quien salió de Wuhan por primera vez desde que el coronavirus apareció a finales de 2019.
Durante unos segundos, la enfermedad y las medidas de distancia social desaparecieron de la mente. Saltos y abrazos de unos con los otros, los aficionados del Zall cantaron y aporrearon sus tambores al grito de "¡Wuhan, Wuhan!". No tardó en unirse a ellos la plantilla y el cuerpo técnico del club wuhanés, quienes les aplaudieron desde una esquina del terreno de juego.
'La vida se reanuda'
"Estamos realmente felices e intuyo que esta noche nos costará dormirnos", añadió Gao, de 42 años, con las uñas pintadas de naranja y de blanco, los colores del Wuhan Zall, y portando una mascarilla con el logo de su equipo.
La expectación estaba en su punto álgido desde hacía unos días para los aficionados del Wuhan que no asistían a un partido de su equipo desde nueve meses atrás.
Desde su entrada al estadio y durante todo el partido, todos permanecieron de pie y no cesaron de apoyar a su equipo.
"Tenemos unos corazones y una fidelidad a toda prueba, y permanecemos unidos a través del viento y de las olas", entonaron los aficionados en el recinto de Suzhou, que presentaba no obstante una imagen casi desértica para respetar las medidas contra la propagación del virus.
Antes del inicio del partido extendieron en los aledaños del estadio una pancarta de agradecimiento al conjunto del país su apoyo en la lucha contra el coronavirus que tan duramente golpeó su ciudad.
A finales de enero, Wuhan, con sus 11 millones de habitantes, fue la primera ciudad del mundo en ser confinada debido al coronavirus.
La ciudad estuvo apartada de todo contacto con el exterior durante 76 días.
Pero "ahora, la vida se ha reanudado y estamos de regreso al estadio. Podemos demostrar al resto de China y al mundo entero el espíritu del pueblo de Wuhan", se felicitó Gao.
"Wuhan es ahora una ciudad segura, espero que todos vengan de visita a Wuhan. Si son aficionados al fútbol, ¡vengan a animar al equipo con nosotros!, invitó Shi Anshi, de 74 años.