Tras negociaciones que se prolongaron hasta entrada la madrugada, la cumbre de los siete principales países industrializados del mundo, el G7 continúa este sábado en la ciudad italiana de Taormina, Sicilia, con un encuentro con líderes africanos. Representantes de Etiopía, Kenia, Kíger, Nigeria, Túnez y Guinea pondrán sobre la mesa el tema de la crisis de refugiados y la hambruna en África, una cuestión sobre la que también están presionando las organizaciones de ayuda al desarrollo.
"Los niños se están muriendo", afirma Silvia Holten, de World Vision. "Es una catástrofe, las grandes naciones industrializadas no pueden seguir esperando", añade. Las organizaciones humanitarias piden que se liberen los 6,9 millones de dólares que solicitó Naciones Unidas para combatir el hambre en el continente. Hasta ahora, sólo se ha puesto a disposición poco más del 30 por ciento.
Además, los jefes de Estado y de Gobierno del G7 debatirán sobre la crisis de los refugiados con los representantes africanos. El presidente de Guinea, Alpha Condé, preside actualmente la Unión Africana. Debido a las divergencias con el presidente estadounidense, Donald Trump, las negociaciones para la declaración final conjunta se han tornado este año especialmente complicadas. Entre otros aspectos, hay diferencias de opinión en cuestiones de libre comercio, lucha contra el cambio climático y crisis de los refugiados.