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El centrista proeuropeo Emmanuel Macron se convierte este domingo en el presidente más joven de Francia en una ceremonia solemne en el palacio del Elíseo.
Macron, de 39 años, sucederá al socialista François Hollande, de quien hereda un país profundamente dividido, con grandes desafíos por delante, como la lucha contra el desempleo y el terrorismo.
A su llegada a la residencia oficial del presidente, Macron recorrió una alfombra roja colocada en el centro del patio del palacio, frente a un destacamento de la Guardia Republicana, y bajo la mirada de cientos de invitados.
El presidente saliente lo recibió en las escalinatas del Elíseo. Los dos hombres se retiraron para una reunión en el despacho presidencial en la que Hollande le transmitió los códigos nucleares y abordaron algunos temas de política internacional.
Hundido en los sondeos tras un mandato marcado por la violencia yihadista, Hollande decidió en diciembre renunciar a presentarse a la reelección.
La esposa del nuevo presidente, Brigitte Macron, de 64 años, su antigua profesora y fiel aliada en su conquista del poder, llegó por separado para la ceremonia unos minutos antes.
Con un vestido azul lavanda prestado por la marca Louis Vuitton, fue recibida por el jefe del protocolo antes de entrar en el palacio presidencial.
Tras la reunión con Hollande, el flamante presidente asistirá a una ceremonia en la que se leerán los resultados oficiales de las elecciones presidenciales del pasado domingo, en las que derrotó a la líder de extrema derecha Marine Le Pen.
Al final de la ceremonia, 21 salvas lanzadas desde el palacio de los Inválidos, al otro lado del río Sena, saludarán al nuevo presidente.
Macron se dirigirá luego al Arco del Triunfo, donde colocará una ofrenda floral sobre la tumba del soldado desconocido.
Por la tarde, irá a la alcaldía de París, una parada tradicional para todos los mandatarios franceses que saludan a la ciudad "anfitriona".
Macron, un exbanquero prácticamente desconocido hace tres años, entró en política de la mano del propio François Hollande, que lo nombró primero asesor y luego ministro de Economía.
Pero rompió con su mentor en agosto de 2016 para construir su propio movimiento "¡En Marcha!", que ahora cuenta con más de 250.000 afiliados.
"No estoy entregando el poder a un oponente político", dijo Hollande el jueves pasado.
Alrededor de 1.500 policías se encontraban desplegados cerca del palacio presidencial. Las calles aledañas se encontraban bloqueadas.
Primera parada: Berlín
La primera semana de Macron en la presidencia de Francia será cargada.
El lunes, se espera que revele el nombre de su primer ministro, antes de volar a Berlín para reunirse con la canciller alemana Angela Merkel.
Es prácticamente un rito que los mandatarios franceses hagan su primer viaje europeo para encontrarse con el otro líder del llamado "motor" de la UE.
Macron, un europeísta convencido, quiere impulsar una cooperación más estrecha para ayudar al bloque a superar la inminente salida de Reino Unido, otro de sus miembros más poderosos.
También quiere proponer a sus socios la creación de un parlamento y un presupuesto para la eurozona.
Merkel aplaudió la victoria de Macron frente a Le Pen, diciendo que llevaba "las esperanzas de millones de franceses y también de muchos en Alemania y en toda Europa".
Después, Macron tiene previsto realizar una visita a las tropas francesas, sin duda a algún país de África.
En junio, Macron se enfrenta a unas difíciles elecciones legislativas, en las que el movimiento político del nuevo presidente buscará la mayoría absoluta para poder aplicar su ambiciosa agenda de reformas.
Su movimiento, La República en Marcha, presentó una lista de 428 candidatos, de los cuales más de la mitad son rostros nuevos.
La entrada de Macron al Elíseo se produce tras dos días de tensiones en sus filas.
El jueves, el veterano centrista François Bayrou, un aliado importante, dijo sentirse marginado por los nombramientos del movimiento de Macron esta semana para las legislativas.
Con todo, la crisis pareció atemperarse el viernes, cuando Bayrou, el único líder que firmó un acuerdo con Macron durante la campaña, anunció un acuerdo "sólido y equilibrado", sin aportar más detalles.
Macron ganó una de las elecciones francesas más impredecibles de la historia moderna del país, marcadas por escándalos, múltiples sobresaltos y un ataque informático masivo contra su campaña.
En tanto, Hollande prepara discretamente su salida, pero contrariamente a su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy, que le entregó el mando en 2012, el político socialista no anunció su retirada de la vida política.