Por ahora, François Fillon hace como si nada y continúa con su campaña. Hoy, por ejemplo, viajó a la sureña región de Gard (sur), donde reiteró que es "un luchador".
Sin embargo, el candidato de la derecha a la presidencia francesa vive días complicadísimos.
El miércoles se supo que el 15 de marzo próximo será inculpado en la investigación que le llevan la Fiscalía gala por los supuestos empleos ficticios de su familia, a la que le pagó cerca de un millón de euros por trabajos que nunca habrían realizado.
Pese a eso, ha asegurado que no se rendirá, que seguirá adelante, pese a que ha perdido el favoritismo que alguna vez tuvo para ganar la primera vuelta del camino al Elíseo, programada para el 23 de abril, y que ahora apenas se empina por el tercer lugar en las encuestas, detrás de la ultraderechista Marine Le Pen y el independiente Emmanuel Macron.
Todo esto ha generado que varios conspicuos de la derecha francesa empiecen a abandonar el barco.
El partido de centroderecha UDI anunció que suspendía su participación en la campaña, mientras que el ex ministro y ex candidato en las primarias de la derecha, Bruno Le Maire, dejó su puesto en la campaña.
Catherine Vautrin, vicepresidenta de derecha en la Asamblea Nacional, pidió "otro candidato".
El senador de Marsella (sur) del partido conservador Los Republicanos, Bruno Gilles, agregó que las elecciones están prácticamente perdidas para la derecha.
Pero los golpes más duros los habría recibido por parte de Nicolas Sarkozy y Alain Juppé, dos pesos pesados del colectivo, además de acérrimos rivales entre sí, aunque ninguno de los dos lo ha hecho público.
Según varios medios galos, el ex presidente no le manifestó un apoyo irrestricto a Fillon en su última conversación. Tal como recoge El País de España, le habría dicho: “Te toca decidir a ti en conciencia. Yo seré leal. Si sigues, estaré contigo. Si te vas, lo comprenderé”. La prensa interpretó esto como una señal de desinterés por el futuro de su candidatura.
En el caso de Juppé, en tanto, los síntomas se tradujeron en el abandono que hicieron tres representantes de su sector a la campaña de Fillon.
Se ha especulado con el deseo de Juppé, también derrotado en las primarias del sector, de tomar el relevo, aunque él lo ha negado. Pese a eso, la opción de ese plan B parece crecer día a día.
De acuerdo a sondeos publicados por la agencia AFP, sólo uno de cada cuatro franceses (25%) desea que Fillon continúe, mientras que dentro de su partido, Los Republicanos, ha perdido 14 puntos de apoyo.
