Con más de la mitad de los resultados de las elecciones generales británicas ya declarados, todo indica que David Cameron continuará como Primer Ministro de Reino Unido.
Y esta vez no tendrá que encabezar un gobierno de coalición.
Las últimas proyecciones apuntan a que el partido Conservador, liderado por Cameron, obtendrá 329 escaños en el parlamento, suficiente para una estrecha mayoría.
Un resultado mejor que el proyectado por los primeros sondeos a boca de urna, que les daban a los conservadores 316 puestos por 239 del partido laborista, su principal oposición.
Con 650 diputados en la Cámara de los Comunes, la mayoría matemática es 326.
Pero tradicionalmente el "presidente" del parlamento (el speaker) no vota.
Y los diputados del partido independentista de Irlanda del Norte, Sin Féin, no acostumbran asumir sus escaños en Westminster, por lo que 329 votos son más que suficientes para aprobar cualquier ley.
Escocia y UE
Luego de confirmar su reelección como diputado por la circunscripción electoral de Witney, Cameron celebró los resultados, aunque no llegó a declarar formalmente victoria.
En su discurso confirmó su intención de convocar a un referendo sobre la continuidad de Reino Unido en la Unión Europea y seguir con las medidas económicas implementadas por los conservadores.
Pero también tendrá que ponerle especial atención a la relación del resto de Reino Unido con Escocia, donde el independentista Partido Nacional Escocés (SNP) arrasó.
El SNP obtuvo 56 de los 59 escaños en disputa en Escocia, convirtiéndose en el otro gran ganador de la elección.
En el parlamento pasado, los nacionalistas escoceses nada más tenían seis diputados.
Y el reto de mantener unido al Reino Unido será, precisamente, uno de los más grandes del próximo primer ministro.
"Quiero unir a nuestro país, a nuestro Reino Unido, entre otras cosas implementando tan rápido como sea posible la devolución (de poderes) que prometimos junto a otros partidos para Gales y Escocia", dijo Cameron.
"Mi objetivo es simple: gobernar para todos en Reino Unido", aseguró.
Las victorias de los nacionalistas escoceses se dieron casi todas a costa de los laboristas, que según las últimas proyecciones tendrán nada más 233 diputados.
"Ésta claramente ha sido una noche difícil y decepcionante para el partido Laborista", reconoció su líder, Ed Miliband, quien difícilmente podrá mantenerse en el puesto.
Y peor todavía les fue a los antiguos aliados de los conservadores en el gobierno, los Liberales Demócratas, que se calcula tendrán únicamente 8 parlamentarios: 45 menos que los conseguidos en 2010.
"Cruel e implacable", fue la expresión que empleó para referirse a la noche de las votaciones el líder de los liberales demócratas, Nick Clegg.
Las proyecciones sobre los partidos minoritarios, por su parte, le dan tres diputados al Plaid Cymru (Partido de Gales), dos al Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) y dos al Partido Verde.
Completarán el parlamento 19 otros diputados repartidos entre varias agrupaciones, casi la mitad de partidos de Irlanda del Norte.