Las primarias legislativas argentinas propinaron este domingo un fuerte revés al gobierno del peronista de centro-izquierda Alberto Fernández, al resultar los candidatos de la opositora alianza de centro-derecha Juntos los más votados de cara a las elecciones de medio término del próximo 14 de noviembre.
Las primarias, por ser obligatorias, representan un sondeo a escala real respecto a la gestión del mandatario, en su primera prueba electoral desde que llegó a la presidencia en diciembre de 2019.
"Todos escuchamos el veredicto de la gente con respeto y mucha atención", dijo Fernández junto a los principales referentes de su partido, tras conocerse los resultados.
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"A partir de mañana vamos a trabajar para que en noviembre nos acompañen porque seguimos convencidos que estamos frente a dos modelos de país, uno que a todos incluye y otro que a muchos deja al costado", dijo.
En la mayoría de los distritos del país los candidatos de la alianza oficialista Frente de Todos secundaron a los de Juntos, liderada por el expresidente Mauricio Macri (2015-2019).
En la provincia de Buenos Aires, tradicional bastión del peronismo con un tercio del electorado del país, Juntos obtuvo 38,3% frente a 33,5% del oficialismo, escrutadas más del 76% de las mesas de votación.
En la capital federal, donde la fuerza de derecha es más fuerte, los números son aún más duros para el gobierno. Escrutado el 96% de las mesas, Juntos obtenía 48,27% de los votos frente a 24,62% de la alianza de Fernández.
"Es un escenario catastrófico para el gobierno, con estos números la perspectiva es que el triunfo opositor debería consolidarse dentro de dos meses", dijo a la AFP el politólogo Carlos Fara.
Los argentinos volverán a las urnas el 14 de noviembre, cuando se renovarán 127 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 del Senado.
La coalición gobernante arriesga la mayoría que actualmente tiene en el Senado. En la cámara baja ha transcurrido estos dos años en minoría y necesitaría diez bancas más para asegurar la mayoría.
Las primarias estuvieron signadas por la pandemia de COVID-19 que retrasó las votaciones debido a medidas sanitarias en los centros de sufragios.
Un total de 34 millones de personas estaban habilitadas para votar, aunque la participación llegó a algo más del 67%.