El presidente estadounidense, Donald Trump, ha vetado la entrada de ciudadanos de siete países mayoritariamente musulmanes. En el aire está de nuevo la sospecha de que sus negocios han interferido en su decisión.
En un acto de campaña en agosto de 2015, Donald Trump aclaró al público su relación con Arabia Saudita. De acuerdo con el carácter del evento, debía haberse expresado, más bien, como político. Pero también el hombre de negocios Trump apareció explícitamente ante su audiencia de 30.000 personas. Y aseguró que se entendía muy bien con sus socios de negocios en Arabia Saudita: "Me compran departamentos. Se gastan 40 o 50 millones. ¿Por qué no iban a gustarme? Me encantan".
La fascinación de Trump tenía motivos fundados: ese mismo mes, en el que hacía ese discurso, el magnate había registrado varias nuevas empresas en Arabia Saudita, que debían ser la piedra angular de su nuevo proyecto de hotel en Yeda (Jeddah, en inglés), la segunda ciudad en importancia del Reino de Arabia Saudita. THC Jeddah Hotel Advisor y DT Jeddah Technical Services Advisor, se llamaban aquellas empresas.
Cuatro del total de ocho empresas, bajo su nombre en Yeda, fueron disueltas varios meses después. Las otras cuatro siguen en pie. Y no hay información públicamente accecible sobre sus operaciones.
"Yo querría proteger a Arabia Saudita"
Su hija Ivanka ya había dejado claro, en 2015, que Trump estaba dispuesto a invertir en Oriente Próximo. La empresa, dijo entonces, está examinando "numerosas posibilidades en Dubai, Abu Dabi, Catar y Arabia Saudita, los cuatro territorios que consideramos más interesantes."
En enero de 2016 volvió a toca el tema de Arabia Saudita en la conservadora televisora Fox News. Esa vez habló de la amenaza que para el reino sunita representaba su vecino Irán. Este planeaba invadir el país, aclaró: "Quieren el petróleo, quieren el dinero, y quieren muchas cosas más."
Sin Estados Unidos, Arabia Saudita no podría sobrevivir, siguió diciendo: "Y la pregunta es, a partir de qué punto deberíamos intervenir y cuánto nos va a pagar Arabia Saudita, para que los salvemos." Y a eso, a salvar el reino saudita, se dijo decidido. "Yo querría proteger a Arabia Saudita. Pero Arabia Saudita tendría que ayudarnos económicamente. Antes de que cayera el precio del petróleo, ellos ganaban mil millones de dólares diarios."
Intereses en el Oriente Próximo
También en Egipto, Trump vio evidentemente oportundiades. Ante la Federal Election Commission, la comisión federal para el finaciamiento de campañas electorales, declaró dos empresas que podrían estar relacionadas con negocios en Egipto: Trump Marks Egypt y Trump Marks Egypt LLC. Y también tiene intereses en los Emiratos Árabes Unidos: un campo de golf y una empresa de desarrollo inmobiliario de lujo llevan allí su nombre.
Así que no hay que excluir que esos intereses de negocios hayan jugado un rol en su veto migratorio de 90 días, firmado el pasado viernes. Los afectados por la prohibición de entrar a Estados Unidos son ciudadanos de siete países mayoritariamente musulmanes: Siria, Irán, Irak, Sudán, Somalia, Libia y Yemen.
El Institute for Policy Studies en Washington escribe al respecto: "La lista de los píses mayoritariamente musulmanes, a los que se refieren las nuevas normativas, son casualmente todos los países en los que el imperio de negocios de Trump carece de intereses. Las excepciones incluyen casualmente a países como Egipto y Arabia Saudita, países mayormente musulmanes, en los que Trump mantiene grandes inversiones y sociedades de negocios."
El instituto se refiere a un elemento más: de los 19 atacantes del 11 de septiembre de 2011 en Estados Unidos, 15 eran ciudadanos sauditas. Otros dos procedían de los Emiratos Árabes Unidos, uno de Egipto y otro del Líbano. Pero ninguno de estos Estados se ha visto afectado por el veto. ¿Un conflicto de intereses?, se pregunta el instituto. "No”, responde irónicamente, "solo coincidencia”.
Criterios poco claros
De acuerdo con la estimación de la amenaza, escribe el New York Times, el veto podría extenderse teóricamente también a ciudadanos de otros Estados. De Turquía, India o Filipinas, ilustra. El peligro que algunos ciudadanos de esos países representan es comparable con el que representan los de los países vetados. "Pero el señor Trump tiene negocios en todos esos países. Así que estos tampoco están en la lista."
Por supuesto, agrega el diario, nadie está recomendando incluir a estos países en la lista. Más bien se considera inquietante ese veto migratorio generalizado. De modo que el New York Times aboga por clarificar públicamente los criterios seguidos para la selección de los actualmente afectados. "El carácter arbitrario y discriminatorio de la medida ya es suficientemente grave. Pero si el presidente se las ha agenciado, además, para favorecer a la empresa Trump, es aún peor."