El pasado nazi de Lufthansa
Deutsche Welle: Señor Budrass, a finales de la década de los 90 la empresa aérea Lufthansa le abrió las puertas de sus archivos y le encargó un estudio sobre el trabajo forzado durante la época del nacionalsocialismo. Su libro “Águila y Grulla. Lufthansa y su historia 1926-1955” acaba de ser publicado en contra de la voluntad de Lufthansa. ¿Qué fue lo que pasó?
Lutz Budrass: En los años 2000/01 escribí un estudio sobre el trabajo forzado en la empresa, que sin embargo no se publicó. Desde entonces me he preguntado por qué Lufthansa lidia así con su pasado. El resultado es el libro “Águila y Grulla”, donde analizo la historia empresarial entre 1926 y 1955. Si lo comparamos con el libro oficial de Lufthansa, vemos que esta última obra se divide en dos partes: por un lado, está una historia maravillosa con numerosas fotos y, por otro, mi estudio, escondido en la parte trasera del libro en una funda de plástico. Esta división no me parece correcta. No existe una historia buena o mala. Para entender a una empresa, se deben analizar ambos lados. Evidentemente, hasta hoy día Lufthansa no está dispuesta a dar este paso.
Lufthansa insiste en que no es la sucesora legal de la primera empresa del mismo nombre y que, por consiguiente, no tiene nada que ver con la historia empresarial antes de su refundación en 1953. ¿Qué opina usted al respecto?
Sin dudas hay una primera y una segunda Lufthansa. La primera empresa fue fundada el seis de enero de 1926, la segunda el seis de enero de 1953. Por un lado, Lufthansa busca distanciarse de los crímenes, de los que la empresa fue partícipe durante el nacionalsocialismo. Pero, por otro, usa las bellas imágenes de la aeronáutica de los años 20, que simbolizan el renacimiento de Alemania tras la Primera Guerra Mundial, el entendimiento entre los pueblos, la paz y la aventura.
¿En qué medida colaboró Lufthansa con el régimen nacionalsocialista entre 1933 y 1945?
Lufthansa ayudó a consolidar ese régimen. Desde muy temprano, se unió a los nacionalsocialistas, específicamente a Herman Göring, quien en 1933 nombró al entonces jefe de Lufthansa, Erhard Milch, Secretario de Estado de la Comisaría de Aeronáutica del Imperio Alemán, lo que más tarde sería el Ministerio de Aeronáutica del Imperio Alemán. Desde ese momento, Lufthansa fue una organización camuflada para el rearme aéreo, que hasta 1935 se llevó a cabo en secreto. Fue una Fuerza Aérea camuflada.
¿Participó Lufthansa en crímenes de guerra?
Durante la guerra, después de que la Fuerza Aérea asumiera su tarea, Lufthansa perdió su función original y se vio obligada a dedicarse a otra cosa, por lo que empezó a reparar aviones. Al igual que todas las demás empresas, a partir de cierto punto dependió de trabajadores forzados. En Alemania, había unos siete millones en aquel entonces.
Lo que diferencia a Lufthansa de otras empresas es que explotó a estos trabajadores a fin de obtener los recursos necesarios para poder volver a entrar en el negocio del transporte aéreo civil tras la guerra. A diferencia de otras empresas, Lufthansa incluso capturó a sus propios trabajadores, que eran transportados a Alemania. Entre ellos, hubo muchos niños.
¿Tuvo que rendir cuentas por estos crímenes tras la Segunda Guerra Mundial?
Si bien, al igual que la mayoría de las empresas, Lufthansa no tuvo que rendir cuentas, fue disuelta y liquidada en 1951, puesto que era considerada parte de la Fuerza Aérea.
Pero en ese caso, se le podría dar la razón a Lufthansa y decir que hubo una ruptura tras 1945. La empresa se refundó en 1953. ¿Por qué dice que esto no es cierto?
En 1953 Lufthansa fue refundada en parte por las mismas personas que la fundaron en 1926. Por ejemplo, por el exvicepresidente del consejo de administración Kurt Weigelt, que jugó un papel predominante en la primera Lufthansa, y por Kurt Knipfer, quien fue parte de la cúpula de Lufthansa hasta 1945. Hubo una gran continuidad respecto al personal.
El historiador económico Lutz Budrass trabaja en la Universidad Ruhr de Bochum.