El papa termina una visita a Irlanda dominada el escándalo de los abusos del clero
El papa Francisco concluye este domingo una breve visita a Irlanda, empañada por el escandaloso caso de los abusos del clero, con una oración en el santuario de Knock y una misa gigante en Dublín.
En el santuario de Knock, un centro de devoción mariana a 180 km de Dublín, Francisco debía rezar el Ángelus. Hace 39 años, Juan Pablo II se arrodilló en ese lugar, donde supuestamente se produjeron apariciones y al que cada año acuden 1,5 millones de peregrinos.
A continuación, el papa argentino debía regresar a Dublín para celebrar, por la tarde, la misa de clausura del Encuentro Mundial de las Familias, un acontecimiento que se celebra cada tres años en el que ya participó en Filadelfia, Estados Unidos. Una multitud de medio millón de fieles debía esperarlo en el inmenso parque Phoenix de la capital irlandesa.
Hace casi cuatro décadas, cuando el divorcio, el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo eran impensables en el país, Juan Pablo II tomó la palabra ante 1,5 millones de personas durante una misa.
Mientras tanto, las víctimas de los abusos de la Iglesia y la gente que los apoya tenían previsto manifestarse en el centro de Dublín, bajo el lema: "En pie por la verdad".
En Thuam, en el oeste del país, se llevará a cabo una vigilia en memoria de los 796 bebés fallecidos entre 1925 y 1961, en el antiguo hospicio católico de las hermanas del Buen Socorro, que fueron enterrados en una fosa común.
- Hora y media con ocho víctimas -
El sábado, el papa Francisco se reunió durante hora y media con ocho víctimas irlandesas de abusos cometidos clérigos, religiosos y miembros de las instituciones católicas.
Entre estas, se encontraban Paul Jude Redmond y Clodagh Aileen Malone, que fueron adoptados ilegalmente tras haber sido apartados de sus madres, no casadas, con la complicidad de las instituciones católicas.
"El papa nos pidió perdón por lo que pasó en esas casas" para madres solteras, contaron en un comunicado, en el que dieron cuenta de su impresión tras este "poderoso encuentro".
Redmond le pidió al pontífice que exija que las monjas cómplices de estas adopciones forzadas se disculpen. Según él, el papa condenó vivamente "la corrupción y el encubrimiento de los hechos por parte de la Iglesia".
Además, Francisco habló con una víctima del cura católico Tony Walsh, que abusó de niños durante décadas antes de ser encarcelado.
El sábado, Jorge Bergoglio expresó su "vergüenza" y "sufrimiento" ante "el fracaso" de la Iglesia por no haber afrontado de forma adecuada "los crímenes innobles" del clero en Irlanda.
"No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y de educarlos", admitió el papa argentino.
Un discurso que causó decepción entre algunos comentaristas y víctimas.
Para Mark Vincent Haley, un superviviente que el sábado por la noche organizó una rueda de prensa, la jornada del sábado supuso una "oportunidad perdida". "¿Cuándo actuará?", se preguntó Haley, representante de la organización "Ending Clery Abuse" (Poner fin a los abusos sexuales del clero).
Maeve Lewis, directora de la asociación "One in Four", que ayuda a las víctimas, criticó las declaraciones del pontífice, que juzgó demasiado moderadas. Pues, para ella, ha llegado el momento de que la Iglesia obligue a los obispos a denunciar los casos que detecten ante la justicia civil. "Es un momento clave del pontificado de Francisco", recalcó.
El sábado, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, instó al papa a servirse de su "posición" e "influencia" para que las víctimas de abusos cometidos por clérigos en Irlanda y en todo el mundo obtengan "justicia".
"Debemos asegurarnos de que las palabras vayan seguidas de acciones", insistió.