AFP
El papa Francisco advirtió contra la tentación "muy grave" de confiarse en tiempos de crisis a "un salvador" y de buscar defenderse su pueblo "con muros", en una larga entrevista con el diario español El País publicada este sábado.
El rotativo entrevistó al pontífice argentino el viernes en el Vaticano, a la misma hora en que Donald Trump juraba su cargo como presidente de Estados Unidos.
El País le pidió una valoración sobre la emergencia de movimientos populistas en Europa y el caso específico de Trump. El santo padre respondió con una reflexión sobre las causas del ascenso del nazismo en Alemania, en la que recordó que "Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo".
Justo a continuación, añadió que "ése es el peligro. En momentos de crisis, no funciona el discernimiento y para mí es una referencia continua. Busquemos un salvador que nos devuelva la identidad y defendámonos con muros, con alambres, con lo que sea, de los otros pueblos que nos puedan quitar la identidad".
"Eso es muy grave", remachó.
Refiriéndose explícitamente a Trump, quien ha prometido construir un muro en la frontera con México para detener la inmigración ilegal, Francisco no quiso aventurarse: "Se verá. Veremos lo que hace y ahí se evalúa. Siempre lo concreto".
El obispo de Roma, de 80 años, reiteró que en su opinión, a la vista de los numerosos conflictos en el mundo, "estamos en la Tercera Guerra Mundial en pedacitos".
También comentó que en América Latina se están "dando políticas de exclusión muy grandes" y "se sufre mucho", a causa de "un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero".
Por eso, la región "tiene que rearmarse con formaciones de políticos que realmente den a Latinoamérica la fuerza de los pueblos".
En ese sentido puso como "ejemplo más grande" el desempeñado por las mujeres paraguayas en la reconstrucción de su país, tras la derrota en la guerra de la triple alianza (1864-1870) contra Argentina, Brasil y Uruguay.
Igualmente confió que se ha sentido "usado" por alguno de sus compatriotas, que lo han visitado en numerosas ocasiones en el Vaticano desde que fue elegido papa en marzo de 2013. Entre ellos hubo numerosos políticos, como el actual presidente, Mauricio Macri, y su predecesora, Cristina Kirchner.
En un tono más personal contó que no ve la televisión desde 1990, que conserva su "buen humor" y que en su labor como jefe de la Iglesia católica no se siente "incomprendido", sino "acompañado por todo tipo de gente, jóvenes, viejos…".
Al preguntársele si piensa permanecer como sucesor de San Pedro hasta el fin de sus días, mantuvo de nuevo la incertidumbre refiriéndose a la renuncia de su predecesor Benedicto XVI, quien "me enseñó cómo hay que hacerlo" cuando "sienta que no pueda más".
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