El Papa recibió este miércoles un regalo que muchos quisieran: Un Lamborghini blanco, con detalles en dorado, que puede alcanzar una velocidad de 300 kilómetros por hora y que cuesta unos 230.000 euros. Pero el Pontífice decidió subastarlo a través de la casa Sotheby's.
Al recibirlo la máxima autoridad de la iglesia bendijo el deportivo, una edición única del modelo "Huracán" y firmó con su nombre el capó ante los directivos de la marca presentes en el Vaticano.
Según informó la oficina de prensa del Vaticano, el dinero que se obtenga será utilizado en la reconstrucción en infraestructuras de las comunidades cristianas de Irak, devastadas por el grupo terrorista Estado islámico.
El propósito, según el vaticano, es que estas personas que han tenido que huir por la guerra recuperen "sus raíces y recuperen su dignidad”.
Además, parte de los fondos obtenidos se entregarán a la comunidad papa Juan XXIII, que se dedica a ayudar a mujeres víctimas de la trata y la prostitución.
También el dinero se destinará a dos organizaciones italianas, entre ellas un grupo internacional de cirujanos, que desarrollan proyectos de humanitaria en África, especialmente a mujeres y niños.
Francisco, que suele recibir obsequios curiosos, ya había subastado en el pasado con fines caritativos una moto Harley Davidson que le regalaron.
