Esta última semana ha estado marcada por el tema de la caza indiscriminada de animales salvajes. Lamentablemente, hoy se suma un nuevo caso, pero esta vez más macabro y escabroso.
Se trata del estremecedor hallazgo de un refrigerador abandonado, en cuyo interior contenía más de 70 cabezas de cocodrilo.
Un grupo de niños que jugaba en un sitio eriazo de la ciudad de Darwin, al norte de Australia, encontró la máquina en desuso, y se dieron cuenta de los cráneos de estos lagartos.
Según la prensa local, las cabezas corresponden a ejemplares de cocodrilo de agua salada, especie protegida por Australia. Sin embargo, habría un lucrativo negocio con la piel de estos animales para la fabricación de carteras y zapatos.
Los responsables de la caza de los cocodrilos de agua salada enfrentan multas de 38 millones de pesos chilenos, o en su defecto, cinco años de presidio efectivo.