En Escocia, la policía local ordenó a un local de McDonalds, dejar de vender batidos por un insólito motivo.
Según informa CNN, la curiosa orden policial tiene su origen en las actividades de campaña que está realizando el activista del Brexit, Nigel Farage en Edimburgo.
Trabajadores de la cadena de comida rápida aseguraron que la policía teme que el líder del Brexit pueda ser atacado por manifestantes y le arrojen batidos o comida durante sus actividades.
Este temor surge luego que varios políticos fueran víctimas de diversos ataques con batidos alrededor de Gran Bretaña.
Por ejemplo, el activista de ultraderecha, Stephen Yaxley-Lennon fue atacado por manifestantes dos veces en una semana y de la misma manera: arrojándole un batido de McDonalds en su cara.
Misma situación vivió el candidato del partido por la independencia (UKIP) Carl Benjamin, solo que casi no recibió líquido en su cabeza.
Según informa el DailyMail, la policía escocesa no quiso manifestarse en torno a esta medida, pero un miembro del personal, quien pidió resguardar su identidad, calificó la medida como "ridícula".