El inesperado arrecife de coral de 1.000 kilómetros descubierto en la boca del Amazonas
La gran mayoría de investigaciones científicas sobre arrecifes de coral niegan que puedan desarrollarse en ríos como el Amazonas, que recorre Sudamérica, o el Ganges, en Asia del Sur.
Pero un grupo de investigadores publicó en la revista Science una serie de evidencias que demuestran la presencia de un arrecife de coral y esponjas en el delta del Amazonas.
Según el estudio, tiene 1.000 kilómetros y se extiende desde el extremo sur de Guyana Francesa hasta el estado de Maranhão, en el noreste de Brasil.
El descubrimiento, producto de dos exploraciones que involucraron dragado en grandes barcos en la placa continental del río, podría abrir un nuevo capítulo en la historia de los océanos del planeta.
"Fue impresionante estudiar el funcionamiento de este arrecife, sabiendo que estos solo han estado presentes en aguas de poco tráfico, transparentes y con penetración solar directa", le dijo a BBC Mundo Fabiano Thompson, investigador del Instituto de Biología de la Universidad de Río de Janeiro y uno de los 38 científicos que participó en el estudio.
La desembocadura del río Amazonas, por el contrario, recibe 300.000 metros cúbicos de agua por segundo, llena de sedimentos y nutrientes orgánicos de la selva que la vuelven turbia y oscura.
Además, cuando el río alcanza el océano se forma una cubierta que impide la entrada de luz solar al agua.
Los corales, considerados entre los ecosistemas más diversos del planeta,necesitan de la luz solar para que las algas unicelulares conocidas como zooxantelas hagan fotosíntesis y los nutran.
Entonces, ¿cómo puede existir un arrecife de coral en condiciones tan atípicas?
39 años
En un documento publicado en 1977, dos investigadores estadounidenses ya habían descrito la presencia de peces y esponjas de arrecife en el delta del Amazonas.
Según Thompson, pasaron casi cuatro décadas hasta que otros científicos volvieron a interesarse por el tema.
Las razones, explica, tienen que ver con la dificultad de navegar en la placa continental del río por las mareas y la rapidez en que fluye el agua, y con el hecho de que muchos estudios hablaban de la "imposibilidad" de que existieran arrecifes de coral allí.
Para lograr introducir una draga a bordo de una embarcación capaz de sostenerse a pesar de la marea, los brasileños pidieron el apoyo de Patricia Yager, profesora de Oceanografía en la Universidad de Georgia (EE.UU.), que estaba haciendo uso de esta maquinaria para una investigación de otra índole en el Amazonas.
"Cuando me contaron que querían buscar un arrecife en las aguas oscuras y fangosas del Amazonas, me causó gracia. Pero luego me hablaron del estudio de 1977 (...) y enseguida busqué una draga para averiguar si había algo allá abajo", le dijo Yager a la revista estadounidense The Atlantic.
En dos expediciones –una en 2012 y otra en 2014– que abarcaron tan solo el 10% del arrecife, se encontraron con una variedad de esponjas, corales y peces que habitaban en este ecosistema.
Descubrieron que estas, además, no han sufrido de blanqueo coralino, una de las consecuencias del calentamiento global que ha afectado a la Gran Barrera de Coral, el arrecife más grande del mundo.
"Esponjas enormes"
Thompson detalla a BBC Mundo que entre sus hallazgos había esponjas "gigantes", que pesaban alrededor de 100 kilos.
"Nos preguntamos cómo era posible que se formaran sin un solo rayo de luz", dice.
Al analizar el inusual sistema marino, encontraron "microbios microsintéticos que producen energía a partir de minerales como el nitrógeno que generan biomasa en un proceso llamado quimiosíntesis", explica Thompson.
La biomasa se convierte en una especie de combustible que nutre los corales y permite la formación de arrecifes.
"Esto demuestra que los arrecifes sí podrían formarse dentro de aguas abundantes en nutrientes orgánicos".
Los brasileños también concluyeron que la biología de los arrecifes varía de acuerdo a su ubicación en el río.
La sección sur sí recibe luz solar durante nueve meses al año, lo que permite el proceso de fotosíntesis. La parte norte, que no recibe luz durante seis meses, está dominada por esponjas y criaturas carnívoras.
Cuidado
La temperatura elevada de los océanos, causada por el calentamiento global, rompe la simbiosis del coral con sus algas microscópicas. Al perderlas, este deja de contar con su principal fuente nutritiva y si esta condición se prolonga, puede morir.
Es por ello que el mantenimiento de los arrecifes coralinos es muy delicado.
Aunque el blanqueo coralino no se observó en la formación del río Amazonas, Thompson advierte de otra posible amenaza: las petroleras.
"Vimos instalaciones de diferentes compañías que están haciendo exploraciones en la placa continental del río, por donde se extiende el arrecife", advirtió.
La intención de los científicos es volver al río para analizar el 80% restante de este ecosistema marino, por lo que esperan que se mantenga intacto y saludable durante muchos años más.