Benjamin Schreiber es el protagonista de esta curiosa historia. El hombre fue declarado como autor del brutal homicidio de un conocido en 1977, por lo que fue condenado a cadena perpetua en una cárcel de Iowa en Estados Unidos.
Sin embargo, en 2015 cuando tenía 66 años, desarrolló cálculos renales, los cuales lo llevaron a una intoxicación séptica, según consigna CNN.
Producto de lo anterior, Schreiber se desmayó en su celda y fue trasladado de urgencia a un recinto asistencial donde "estuvo sin vida por algunos minutos". Sin embargo, gracias a los trabajos de un equipo médico, logró ser reanimado tras cinco intentos.
Fue en abril de 2018 cuando el condenado a cadena perpetua apeló a su sentencia argumentando que "ya murió".
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"Schreiber dice que al morir en el hospital cumplió su condena de prisión de por vida y ahora se encuentra encarcelado de manera ilegal y tendría que ser liberado inmediatamente", es parte del texto con el que busca apelar a su sentencia.
Asegura que fue sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional, “pero no a cadena perpetua más un día”.
LA RESPUESTA DEL TRIBUNAL SOBRE LA CADENA PERPETUA
Si bien para muchos, la solicitud fue considerada absurda (ya que se encuentra con vida) lo cierto, es que la solicitud debió ser evaluada por el Tribunal de Apelaciones de Iowa.
Fue precisamente desde ahí, donde señalaron que el argumento no parece convincente. "O sigue vivo, en cuyo caso debe permanecer en prisión, o está realmente muerto, en cuyo caso esta apelación es discutible”, sostuvo la jueza Amanda Potterfield.
Lo cierto es que Benjamin Schreiber sigue en prisión y seguirá cumpliendo su cadena perpetua, pese a que constantemente esta historia vuelve a viralizarse en redes sociales y nuevamente se toma la agenda en Estados Unidos, específicamente en Iowa.