El ataque de ira que complica a la primera dama de Zimbabwe en Sudáfrica
Quienes la conocen, aseguran que Grace Mugabe, la esposa del dictador zimbabuo Robert Mugabe, quien con 93 años es el mandatario más viejo del mundo, suele sufrir de ataques de ira.
El último de ellos podría traerle graves consecuencias o, al menos, generar una incomodidad diplomática entre su país y su vecino Sudáfrica, luego que el fin de semana la acusaran de golpear a una modelo de 20 años.
Según versiones de prensa, Grace Mugabe, considerada la sucesora de su marido en el poder, se apareció de improviso en la habitación de hotel donde se encontraban sus hijos Robert Junior y Chatunga Bellarmine, quienes estudian en Pretoria y gustan del desenfreno, las drogas y el alcohol, estilo de vida que su madre desaprueba.
Aprovechando una visita al país para tratarse una lesión en el tobillo, el fin de semana irrumpió acompañada de guardias de seguridad en la pieza donde se hallaban sus vástagos y un par de mujeres, entre ellas la modelo Grabriela Engels.
De acuerdo a lo que le contó Engels a un canal de televisión, Grace Mugabe arrancó un cable de uno de los aparatos eléctricos de la sala y comenzó a golpearla, provocándole heridas en la cabeza, las que exhibió en su cuenta de Twitter.
Las primeras informaciones aseguraban que la agredida era Grace Mugabe, a lo que la modelo contestó en redes sociales: "¿Atacarle? ¿Con más de 10 guardaespaldas viendo cómo ella me golpeaba? No he puesto un dedo sobre la primera dama", manifestó.
Engels, junto a una amiga que prefirió el anonimato, presentó una denuncia, por la cual la primera dama debía presentarse ante la policía. En principio, se dijo que concurrió ante los oficiales, sin embargo, al rato las propias autoridades lo desmintieron.
Entonces, se perdió el rastro de Mugabe.
Se llegó a comunicar que había vuelto a Zimbabwe.
A las horas, se aclaró que seguía en Sudáfrica y que estaría ahí hasta la cumbre de la Comunidad de Desarrollo de los Países de Africa Austral, que se realizará el fin de semana, pero que había solicitado inmunidad diplomática.
De todas formas, quiere colaborar en la investigación.
“Se están llevando a cabo conversaciones con los abogados del sospechoso y los representantes de la Alta Comisión de Zimbabwe para asegurarse de que los sospechosos sean procesados a través del sistema legal", expuso el ministerio de la Policía a través de un comunicado.
La historia está lejos de terminar para Grace Mugabe, cuyos arrebatos ahora se mueven lejos de sus redes de seguridad habituales.