El nuevo coronavirus ha dejado cerca de 50.000 muertes en Estados Unidos, luego de que se registraran 3.176 decesos adicionales en una de las jornadas más letales desde el surgimiento de la epidemia, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
Las muertes, registradas en las 24 horas hasta las 20:30 horas locales del jueves, elevan el balance en Estados Unidos a 49.759, según esa universidad.
En ese mismo periodo, hubo 26.971 nuevos casos de coronavirus registrados en el país, llevando el total a 866.646 enfermos identificados desde el principio de la epidemia.
Debido a la falta de pruebas de detección, el número de casos reales es probablemente muy superior a esa cifra.
Al final de la semana pasada, Estados Unidos registró dos altos balances diarios de víctimas (más de 3.800 y 4.500 muertos), pero esos datos se debían en parte a la suma de fallecidos "probablemente vinculados" a la COVID-19, que nunca habían sido tomados en cuenta hasta el momento.
Además de esos dos balances, el de 3.716 muertos del jueves por la noche es el más alto registrado en un país en un día desde el comienzo de la pandemia, que ha dejado cerca de 190.000 muertos en el mundo.
A pesar de esos datos alarmantes, varios estados del país, entre ellos Texas, Vermont y Georgia, decidieron abrir la vía a su desconfinamiento al autorizar la reapertura de algunos comercios.