AFP
Durante la reciente visita del vicepresidente a Corea del Sur para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos "surgió la posibilidad de un breve encuentro con los líderes de la delegación norcoreana", señaló la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
"El vicepresidente estaba listo para tomar esta oportunidad y abordar la necesidad de que Corea del Norte abandone sus ilícitos programas de misiles balísticos y nuclear", agregó.
"A último minuto, los funcionarios de la RPDC (República Popular Democrática de Corea) decidieron no seguir adelante con la reunión", indicó Nauert.
"Lamentamos que hayan fracasado en aprovechar esta oportunidad", añadió.
Algo más temprano, el secretario general del vicepresidente, Nick Ayers, también había lamentado el fracaso de la reunión, al afirmar que Corea del Norte avizoraba "el encuentro con la esperanza de que el vicepresidente moderara su mensaje, lo que habría entregado la escena mundial a la propaganda norcoreana durante los Juegos Olímpicos".
"En lugar de ello", Mike Pence "se reunió con norcoreanos que escaparon a la tiranía, recibió a Fred Warmbler, cuyo hijo fue asesinado por Corea del Norte, subrayó la historia atroz del país en materia de derechos humanos y de sometimiento de miles de sus ciudadanos, evocó sus hostiles proyectos con armas nucleares y misiles balísticos, y anunció que una nueva batería de sanciones está en marcha", dijo Ayers.
En el mismo comunicado, el vocero recordó que la administración de Donald Trump nunca dejó de afirmar que "se opondría al deseo de los Kim de blanquear su régimen mortífero con coquetas sesiones fotográficas durante los Juegos. Tal vez fue por eso que recularon o puede ser que nunca hayan sido sinceros respecto a esta reunión".
Tras meses de silencio sobre la participación de Pyongyang en la cita deportiva, los Juegos Olímpicos de Pyeongchang dieron lugar a un espectacular acercamiento entre Corea del Sur y Corea del Norte.
El Norte envió al Sur a atletas, artistas y una delegación de alto nivel.
El presidente sudcoreano agasajó con una cena a Kim Yong Nam, que ejerce como jefe de Estado pero con funciones sobre todo simbólicas y es la figura de mayor importancia jerárquica del gobierno comunista en haber visitado el Sur.
El número uno norcoreano Kim Jong Un extendió a su vez una invitación formal al presidente Moon Je-In para participar en una cumbre en Pyongyang.
Durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, Moon había estrechado la mano de Kim Yo Jong -hermana de Kim Jong Un y primera integrante del clan familiar en pisar suelo sudcoreano desde el fin de la Guerra de Corea- y de Kim Yong Nam.
Los tres dignatarios saludaron a los atletas de ambos países que ingresaron simultáneamente al campo portando la bandera de la unificación.
Sentado en la misma tribuna, Mike Pence no mantuvo contacto alguno con la delegación norcorena.