El día que esperaba recibir la inyección letal en una cárcel de Oklahoma (Estados Unidos), Richard Glossip se enteró de que tendría dos semanas más de vida.
Una corte de apelaciones del estado postergó su ejecución prevista para la tarde del pasado 16 de septiembre, ordenada por el asesinato de su jefe en 1997, del que se declara inocente.
La nueva fecha para la ejecución era este miércoles 30 de septiembre pero, una vez más, la aplicación de la pena fue aplazada.
Esta vez la ejecución parecía inevitable, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazara la apelación.
Sin embargo, la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, solicitó más tiempo para asegurarse de que las sustancias que componen la inyección letal cumplen con la normativa del estado.
Una hora después del tiempo previsto para la aplicación de la condena, Fallin anunció que reprogramaba la ejecución para el próximo 6 de noviembre.
Dudas sobre las inyecciones letales
Glossip no es un condenado más que espera sentencia en el corredor de la muerte, es uno de los principales demandantes en el caso presentado a la Corte Suprema sobre la legalidad de las inyecciones letales.
Su caso ha sido tan notable que hasta voces que tradicionalmente defienden la pena de muerte pidieron revisar la sentencia.
El exsenador de Oklahoma Tom Coburn escribió una carta a la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, en la que le pedió que "evite un error mortal".
En su misiva el exsenador señaló que este caso es diferente porque "no hay evidencias de ADN, no hay ninguna otra evidencia forense, ningún otro testigo. Solo la palabra de (Justin) Sneed", el otro acusado por el caso.
Pero "¿dijo Sneed la verdad?", se cuestiona el exsenador. "No lo sabemos, pero sabemos que ha dicho muchas mentiras en este caso porque ha cambiado su versión varias veces".
El papa Francisco también pidió detener la ejecución a través del nuncio del Vaticano en EE.UU.
Caso controversial
Glossip, que siempre mantuvo su inocencia, fue sentenciado en 1998 por la muerte de su jefe Barry Van Treese hace dos décadas.
Los críticos de la pena de muerte y su defensa argumentan que el caso se sustentó en un único testimonio: el del autor material del crimen.
Justin Sneed, que era el encargado de mantenimiento del motel, declaró que Glossip le ofreció US$10.000 para matar a Van Treese porque temía que le fuera a echar por desfalcar dinero del motel.
Sneed reconoció que mató a Van Treese golpeándole hasta la muerte con un bate de béisbol pero su condena fue a cadena perpetua a cambio de su testimonio.
En 2001 la Corte de Apelaciones de Oklhaoma reconoció que no tuvo una defensa eficiente por lo que volvió a ser juzgado en 2004 y condenado con el mismo resultado.
La defensa insiste en que no hay evidencias físicas que impliquen directamente a Glossip y acusa a Sneed de haber cambiado su versión de los hechos.
Su caso generó interés internacional después de que se implicara en defender su inocencia la actriz estadounidense Susan Sarandom, que protagonizó la película Dead Man Walking ("Pena de muerte"), en la que interpreta a la monja y activista contra la pena de muerte Helen Prejean.
Ejecución aplazada
Tras el rechazo de la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, de aplazar la ejecución hace dos semanas, la corte dio un plazo hasta este miércoles para considerar los últimos documentos enviados por la defensa.
Entre el material entregado hay unadeclaración jurada de otro preso, Michael Schott, que asegura que escuchó a Sneed decir que "tendió una trampa a Richard Glossip y Richard Glossip no hizo nada".
En la cárcel estatal de Oklahoma en McAlester ya estaba todo preparado para la ejecución el día 16.
En la víspera se acabaron las llamadas, las visitas, Glossip fue trasladado a una celda especial y recibió su última cena.
Este miércoles, Glossip, que recibe consejo espiritual de la hermana Prejean, pasó de nuevo por el mismo proceso.