El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, respondió a las nuevas advertencias del ministro de Defensa ruso, Igor Konashenkov, que avisó a Washington de que no ataque a fuerzas leales al Gobierno de Bachar al Assad en Siria, ya que sus defensas antiaéreas se pondrán en marcha.
"No hay interés por nuestra parte de escalar la violencia en Siria. Lo que queremos ver es una reducción de la violencia", aseguró Earnest, que señaló la falta de interés de Moscú en que las conversaciones para un acuerdo de alto el fuego en Siria tuvieran éxito.
El portavoz del Departamento de Defensa, Peter Cook, por su parte, dijo que se toman muy en serio la seguridad de los pilotos estadounidenses que sobrevuelan siria y recordó que existen protocolos de comunicación para evitar encontronazos con Rusia en el espacio aéreo sirio.
Cook aseguró que las operaciones aéreas no se detendrán pese a las amenazas de Rusia, que ha sugerido que el bombardeo el pasado septiembre de EE.UU. contra una unidad de las Fuerzas Armadas sirias en Deir Ez Zor no fue accidental. Cook dijo que hay una investigación en marcha para aclarar qué pasó en ese ataque.
Despliegue ruso
El Gobierno ruso anunció este miércoles que había desplegado el sofisticado sistema antiaéreo S-300 en la base naval de Tartús, en el oeste sirio, para reforzar la defensa de la costa mediterránea de Siria. Estados Unidos, por el contrario, ha recordado que ninguno de los grupos yihadistas que supuestamente combate Rusia en Siria tiene una fuerza aérea y no entienden el propósito del despliegue.
La instalación de esta batería antiaérea, un sistema que se suma a las baterías S-400 cerca de la ciudad de Latakia, sucedió poco después de que Washington y Moscú dieran por rotas las negociaciones para coordinar ataques aéreos contra yihadistas en Siria y los intentos de un alto el fuego duradero se frustraran.