Con el voto de sus dos cámaras, el Congreso de Estados Unidos aprobó este jueves (21.12.2017) un financiamiento a corto plazo para evitar la paralización parcial del Gobierno, cuyos fondos expiran a la medianoche de este viernes. El Senado aprobó la resolución con 66 votos a favor y 32 en contra, mientras que la Cámara Baja hizo lo propio con 231 favorables y 188 contrarios.
La resolución extiende el presupuesto estadounidense hasta el 19 de enero de 2018, ampliando así el margen de negociación entre demócratas y republicanos para un acuerdo final sobre las cuentas del año fiscal 2018. La financiación incluye fondos de emergencia para labores de reconstrucción en Florida, Puerto Rico y Texas, donde el paso de varios huracanes causó estragos hace unos meses.
Se trata de la segunda extensión presupuestaria que aprueba el Congreso en pocos días: a principios de diciembre ya lo hizo para un periodo de dos semanas, que expiraba este 22 de diciembre. Con la extensión más reciente, el Ejecutivo evita un cierre parcial en la misma semana en que tiene lugar la aprobación de la reforma impositiva, vista como su mayor éxito legislativo desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
De este modo, demócratas y republicanos volverán a sentarse a negociar en enero para lograr un acuerdo sobre las cuentas de 2018. Los demócratas insisten en condicionar su apoyo a las cuentas a pactar una solución para los cerca de 800.000 jóvenes indocumentados conocidos a los que Trump dejó en riesgo de deportación al derogar el programa DACA que les permitía vivir y trabajar legalmente en el país.
Los republicanos, por su lado, tienen la misión de incluir partidas para la construcción del controvertido muro fronterizo entre Estados Unidos y México, que los demócratas también se niegan a aprobar. El cierre parcial en cuestión, conocido en inglés como "shutdown”, es una situación en la que el Gobierno suspende la prestación de los servicios públicos con la excepción de los que se consideran esenciales y deja por lo tanto a muchos trabajadores de la administración federal en casa por no poder pagar su salario. El último "shutdown” tuvo lugar en 2013, cuando Washington quedó paralizado 17 días ante el enfrentamiento entre el entonces presidente, Barack Obama, y la oposición republicana.