Manifestantes quemaron el jueves varios edificios en la capital de las Islas Salomón, Honiara, en el segundo día de disturbios contra el gobierno y la comunidad china, que llevaron a Australia a anunciar el despliegue de fuerzas de paz a pedido del gobierno.
Testigos visuales y medios locales indicaron que una multitud desafió el confinamiento decretado por el gobierno y tomó las calles. Las imágenes en directo mostraban varios edificios en llamas, con columnas de humo elevándose hacia el cielo.
En la víspera, cientos de manifestantes ya quemaron edificios, incluida una comisaría, y trataron de asaltar el parlamento para derrocar al primer ministro Manasseh Sogavare.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, anunció este jueves un nuevo despliegue de fuerzas militares y policiales para mantener la paz en este archipiélago a unos 1.500 km de su costa nororiental.
"Nuestro propósito aquí es aportar estabilidad y seguridad", dijo Morrison, indicando que había recibido una solicitud de asistencia de su homólogo salomonense Sogavare.
El primer ministro del pequeño archipiélago se reivindicó el jueves al frente de la nación y lamentó "un acontecimiento triste y desgraciado que busca tumbar un gobierno democráticamente elegido".
La mayoría de los manifestantes en Honiara proceden de la isla vecina de Malaita, cuyos lugareños se quejan por sentirse ignorados por el gobierno y se oponen a su decisión de 2019 de cambiar el reconocimiento diplomático de Taiwán a China.
Negocios gestionados por la comunidad china de Honiara fueron saqueados y quemados, llevando a la embajada de Pekín a expresar sus "graves preocupaciones" al gobierno de Salomón y a pedir "fortalecer la protección" de sus empresas y personal.
El gobierno decretó un toque de queda durante 36 horas, pero los manifestantes lo desafiaron el jueves con nuevos disturbios dirigidos contra la policía y negocios en el barrio chino de la capital.
"Hay multitudes moviéndose, es muy tenso", dijo un residente a AFP, mientras medios locales hablaban de saqueos y de uso de gases lacrimógenos por la policía.
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Otros testigos publicaban imágenes en redes sociales con humo elevándose por encima de la capital y negocios supuestamente propiedad de chinos que eran blanco de los ataques.
Numerosas comunidades en Malaita habían entablado estrechos vínculos con Taipéi y sus autoridades han criticado repetidamente el acercamiento hacia China, rechazando los proyectos de ayuda financiados por Pekín.
Este archipiélago de 700.000 habitantes independizado del Reino Unido en 1978 sufrió violencias interétnicas desde principios de los años 2000.
Estas rivalidades provocaron el despliegue entre 2003 y 2017 de una fuerza de paz liderada por Australia.
La capital Honiara registró fuertes disturbios tras las elecciones de 2006 en los que el distrito de Chinatown (barrio chino) fue arrasado entre rumores de que los negocios vinculados a Pekín habían amañado el voto.