El gobierno de Ecuador anunció el martes que amplió por 30 días el estado de excepción decretado en julio para las cárceles, algunas de ellas escenario de cruentas matanzas entre presos de bandas del narco que dejan más de 430 muertos desde 2021.
El presidente Guillermo Lasso expidió un decreto la semana pasada desde Nueva York, adonde viajó para la Asamblea General de la ONU, para renovar por un mes la declaratoria por grave conmoción interna en todas las prisiones por 60 días dispuesta el 24 de julio, señaló la Secretaría de Comunicación.
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"Esta renovación tiene como finalidad controlar las circunstancias que han alterado el funcionamiento del sistema penitenciario, restablecer la convivencia pacífica, el orden y el normal funcionamiento de estos, a efectos de que los centros puedan cumplir con su misión constitucional de rehabilitación social", señala el documento.
Ante repetidas masacres carcelarias, algunas de las cuales han pasado a figurar entre las peores de América Latina, Lasso impuso en julio el estado de excepción como medida para desplegar militares en las prisiones y luego de que enfrentamientos entre reclusos en la ciudad portuaria de Guayaquil (suroeste) dejara decenas de víctimas.
Entonces, la policía informó sobre el hallazgo en la penitenciaría de once cadáveres y 29 piezas humanas, mientras que la fiscalía reportó 31 fallecidos.
El mandatario sostiene que una guerra entre bandas por el negocio del narcotráfico ha desatado en los últimos años el aumento de la violencia dentro de los reclusorios, con más de 430 presos muertos en enfrentamientos desde febrero de 2021, decenas de ellos desmembrados e incinerados.
En las calles, los homicidios se han cuadriplicado entre 2018 y 2022, trepando al récord de 26 por cada 100.000 habitantes.
Esa tasa en Ecuador, con 16,9 millones de habitantes de acuerdo con el censo de 2022, será de hasta 40 este año, según expertos.
A inicios de setiembre, casi 60 guardias penitenciarios y policías permanecieron retenidos temporalmente por presos de seis cárceles, que son usadas como centros de operaciones de las organizaciones con vínculos con carteles de México y Colombia.
Desde mayo de 2021, cuando asumió Lasso, el país que era una isla de paz en medio de Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, ha decomisado más de 500 toneladas de droga, principalmente cocaína.