Duque anuncia ofensiva contra los ex jefes de FARC que retomaron armas en Colombia
El Presidente de Colombia, Iván Duque, anunció este jueves una ofensiva contra los ex jefes de las FARC que proclamaron una nueva rebelión armada tras separarse del histórico pacto que pretende poner fin a medio siglo de conflicto.
"Los colombianos debemos tener claridad de que no estamos ante el nacimiento de una nueva guerrilla, sino frente a las amenazas criminales de una banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro", declaró el mandatario en la Casa de Nariño, sede de gobierno.
El mandatario conservador ordenó la creación de una "unidad especial" para perseguir a los ex guerrilleros que anunciaron, en un video divulgado este jueves, un nuevo alzamiento armado que justificaron en la "traición del Estado" al acuerdo de paz de 2016.
Entre los 20 rebeldes que aparecen en las imágenes armados y con carteles de las FARC a sus espaldas, aparecen el ex número dos Iván Márquez, Jesús Santrich y Hernán Darío Velásquez (El Paisa), todos requeridos por la justicia colombiana por incumplimientos de lo pactado.
Duque ofreció 3.000 millones de pesos de recompensa (unos 882.000 dólares) por cada uno de los veinte hombres y mujeres que aparecen en el video.
"No caigamos en la trampa de quienes hoy pretenden escudarse detrás de falsos ropajes ideológicos para sostener sus andamiajes delictivos", afirmó.
El Presidente aseguró que habló con el opositor Juan Guaidó, al que Colombia y otro medio centenar de países reconoce como presidente interino de Venezuela, para que capture a los exguerrilleros, que según él se refugian en el país petrolero.
Duque, quien asumió el poder hace un año con la promesa de modificar el histórico pacto de paz por considerarlo indulgente con los rebeldes, aseguró que su gobierno mantendrá el "compromiso" con los excombatientes que honren lo acordado.
El pacto de paz entre la otrora poderosa guerrilla comunista y la administración del ex presidente Juan Manuel Santos produjo el desarme de unos 7.000 combatientes y la transformación en partido de las FARC.
El grueso de los excombatientes se mantiene en la legalidad, pero, según inteligencia militar, las disidencias de las FARC, que hasta ahora no tienen una unidad de mando, cuentan con 2.300 hombres y mujeres y se dedican principalmente al narcotráfico y la minería ilegal.