Este domingo se cierra una semana de violencia en Alemania: cuatro ataques sin relación alguna entre ellos dejaron más de una decena de personas muertas en distintas zonas del país.
El último ocurrió en la ciudad de Ansbach, en el sur de Alemania, a las 22 horas (20:00 GMT) del domingo.
Según las autoridades, un hombre de 27 años de origen sirio detonó un explosivo en un bar, cerca de la puerta de entrada a un popular festival de música al cual se le negó el acceso.
Como resultado de la detonación, el atacante murió y al menos 12 personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad.
Más de 2.000 personas fueron evacuadas del festival al aire libre, que luego fue cancelado.
El ministro del interior bávaro, Joachim Herrmann, dijo que al atacante se le había negado el asilo en Alemania, pero que igual se le había concedido permiso temporal para vivir en el país debido a la situación de guerra en Siria.
El joven estaba viviendo en un apartamento provisto por las autoridades de Ansbach.
Herrmann dijo que se desconocen los motivos del ataque.
Ataque con machete
Antes, a las 16:30 horas (14:30 GMT) en el centro de la ciudad de Reutlingen, en el suroeste de Alemania, un solicitante de asilo de origen sirio de 21 años mató con un machete a una mujer y dejó a dos personas heridas.
La policía todavía desconoce el motivo del ataque, pero según informó, el hombre actuó solo y hasta el momento no hay evidencias que sugieran un vínculo terrorista. La teoría más fuerte es que se trató de un "crimen pasional".
El incidente ocurrió luego de que el hombre tuviera una discusión con la mujer,una polaca de 45 años, agregó la policía.
Según medios alemanes, ambos trabajaban juntos en un restaurante de comida rápida turca.
El hombre fue detenido inmediatamente tras el ataque.
La policía también informó que el hombre había estado involucrado antes en incidentes donde provocó heridos, pero no se brindó más información al respecto.
Una semana sangrienta en Alemania
Con estos dos ataques ya son cuatro los ataques violentos de alto impactoocurridos esta semana en Alemania.
El viernes David Ali Sonboly, un estudiante de 18 años, mató a 9 personas y dejó 27 heridos en un centro comercial en la ciudad de Múnich.
Tras el ataque, que planeó durante al menos un año, el joven de nacionalidad alemana e iraní se suicidó.
Todavía se desconoce su motivación, pero las autoridades han dicho que no tenía historial criminal y que no hay evidencia alguna de una posible relación con el autodenominado Estado Islámico ni con ningún otro grupo extremista.
No obstante, dijeron, el joven nacido en Múnich "estaba obsesionado con los tiroteos masivos".
A su vez, el lunes la policía mató a un joven de 17 años de origen afgano armado con un hacha y un cuchillo que hirió a cinco pasajeros en un tren cerca de la ciudad de Wurzburgo, en la región de Baviera, al sureste de Frankfurt.