El magnate Donald Trump, al frente de las encuestas republicanas sobre las presidenciales de 2016, llamó el lunes a prohibir por completo la entrada de musulmanes a Estados Unidos, propuesta aplaudida por sus simpatizantes pero denunciada tanto por la derecha como por la izquierda.
"Tengo amigos musulmanes, son gente muy bien, pero saben que hay un problema, y eso no lo podemos tolerar más", explicó Trump, ovacionado en un mitín en Carolina del Sur, tras el anuncio de su controvertida propuesta, cinco días después de que un matrimonio musulmán matara a 14 personas e hiriera a otras 21 California, en la peor matanza de los últimos años.
El equipo de campaña del candidato republicano defendió la necesidad de bloquear totalmente el ingreso de musulmanes al país "hasta que los legisladores comprendan lo que está sucediendo".
La propuesta no precisa si la medida incluye a inmigrantes, turistas y musulmanes con nacionalidad estadounidense, y tampoco establece un marco técnico y jurídico para llevarla a cabo.
El magnate se justificó afirmando que numerosos musulmanes apoyan la yihad violenta contra los estadounidenses y prefieren regirse por la sharia (ley islámica) en lugar de por la Constitución de Estados Unidos, citando un estudio encargado por un pequeño centro dirigido por Frank Gaffney, considerado un islamófobo por el Southern Poverty Law Center, una organización antirracista.
"El odio es incomprensible", dijo Donald Trump, al hablar de la pareja de atacantes de San Bernardino y de los autores de los atentados de París. "Esto no hace más que empeorar, y vamos a tener otro World Trade Center", advirtió.
Donald Trump nunca ha ocultado su desconfianza hacia los musulmanes, al igual que otros candidatos republicanos. En septiembre, su rival Ben Carson había insinuado que la función presidencial era incompatible con el Islam.
La Casa Blanca rechazó inmediatamente la idea de Trump, alegando que vetar la entrada a los musulmanes es "totalmente contrario a los valores" de Estados Unidos.
Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, criticó la propuesta del republicano y dijo que "alimenta el odio y la confusión". "Nuestro único enemigo es el Islam radical", afirmó.
Indignación
El director del Centro Islámico de Nueva Jersey, Ahmed Shadeed, advirtió que las ideas de Trump "están dando el derecho a que la gente nos haga daño".
"Le pido, le ruego que cese todas estas acusaciones", dijo, al tiempo que pidió al candidato republicano que vea a los musulmanes como "parte del mosaico estadounidense".
En El Cairo, Dar al Iftaa, la máxima autoridad religiosa de Egipto, condenó los "comentarios extremistas y racistas", y agregó que solo servirán para atizar tensiones entre comunidades.
"La histeria antimusulmana se ha convertido en una de las principales características de su campaña", dijo por su parte a la AFP Robert McCaw, uno de los dirigentes del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR), la mayor organización civil musulmana del país.
Pero la nueva propuesta de Trump levantó la indignación de varios rivales de partido e incendió las redes sociales.
El exgobernador de Florida Jeb Bush escribió en Twitter que "Donald Trump está desquiciado".
En la misma línea se pronunció el senador Lindsey Graham, uno de los pesos pesados del partido republicano en cuanto a seguridad nacional.
"Todo candidato a la presidencia debe hacer lo correcto y condenar el comunicado de @realDonaldTrump", tuiteó.
Los demócratas tampoco se quedaron callados. El aspirante Marton O'Malley aseguró que "Donald Trump disipa todas las dudas: hace campaña para la presidencia en tanto fascista demagogo".
Pero por muchas controversias que provoque, Trump sigue liderando las encuestas del lado republicano. El lunes, en el mismo momento de su anuncio, una nueva encuesta de CNN lo colocaba a la cabeza en Iowa, que votará en la primera de las primarias, el 1 de febrero de 2016.