El presidente estadounidense Donald Trump condenó el ataque de drones contra dos instalaciones petroleras de Arabia Saudita durante una conversación telefónica con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, dijo la Casa Blanca.
"Estados Unidos condena con firmeza el ataque de hoy (sábado) contra infraestructura petrolera clave. Las acciones violentas contra zonas civiles e infraestructura vital para la economía global solo profundizan el conflicto y la desconfianza", señaló la presidencia estadounidense en un comunicado tras la conversación telefónica.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, condenó a Irán por los ataques con dron contra instalaciones petroleras, los que fueron atribuidos a los rebeldes yemeníes.
Pompeo no mencionó a Teherán como perpetrador de los ataques, pero dijo que "Irán ahora ha lanzado un ataque sin precedentes contra el suministro mundial de energía".
¿Qué sucedió?
Un ataque con drones reivindicado por rebeldes yemeníes provocó incendios este sábado en dos instalaciones petroleras del gigante saudita Aramco en el este del reino, la tercera acción en cinco meses contra la empresa.
Los rebeldes yemeníes hutíes, apoyados por Irán, reivindicaron estos ataques en la vecina Arabia Saudita, que a su vez apoya militarmente a las fuerzas progubernamentales de Yemen en su lucha contra los insurgentes.
La televisión de los hutíes, Al Masira, habló de una "operación de envergadura contra refinerías en Abqaiq y Jurais" en el este del reino saudita.
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Arabia Saudita "quiere y puede" responder a la "agresión terrorista", aseguró el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán al presidente estadounidense Donald Trump en conversación telefónica.
Los dos incendios fueron controlados, según el ministerio de Interior saudita.
Arabia Saudita es el primer exportador mundial de petróleo.
Las autoridades sauditas reforzaron la seguridad en torno a los dos sitios atacados e impiden a los periodistas acercarse a ellos.
El sitio de Abqaiq, a 60 km al sudoeste de Dahran, principal sede del gigante petrolero, alberga la mayor planta de tratamiento de petróleo de Aramco, según su sitio internet.
Jurais, a 250 km de Dahran, es uno de los principales campos petroleros de la empresa pública.
El emisario de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, se declaró "extremadamente preocupado por los ataques" y por la "reciente escalada militar".
Además, llamó a "todas las partes a la moderación" y a "evitar poner en peligro el proceso de negociaciones de Naciones Unidas" en Yemen.
El ataque fue condenado por Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Kuwait y Egipto.
Salida a bolsa
Aramco planea salir a bolsa entre 2020 y 2021 y lanzar al mercado aproximadamente 5% del capital de la empresa, con lo que captaría unos 100.000 millones de dólares.
Los rebeldes yemeníes reivindican a menudo disparos de drones o de misiles contra objetivos sauditas. Afirman actuar como represalia a los ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudita, que desde 2015 interviene en Yemen en apoyo a las fuerzas progubernamentales.
La coalición ha confirmado algunos de estos ataques y ha desmentido otros.
El 17 de agosto, los rebeldes hutíes anunciaron que perpetraron un ataque con 10 drones, "el más masivo jamás lanzado en Arabia Saudita", contra el campo de Shaybah (este), que provocó un incendio "limitado", según Aramco, en una instalación gasífera, sin causar heridos.
El 14 de mayo, los hutíes, que controlan vastas zonas en Yemen, reivindicaron un ataque con drones en la región de Riad, contra dos estaciones de extracción de un oleoducto que une el este y el oeste del reino, primer exportador de petróleo mundial.
Este ataque conllevó la interrupción temporal de las operaciones en el oleoducto y agravó las tensiones en la región del Golfo.
Estos ataques de los rebeldes yemeníes, cada vez mas frecuentes, demuestran que poseen armas modernas y constituyen una amenaza para Arabia Saudita y, más particularmente, para sus instalaciones petroleras.
Las acciones de los rebeldes yemeníes se producen en un contexto de tensiones en la región del Golfo, después de ataques y actos de sabotaje contra barcos petroleros en mayo y junio, que Estados Unidos y su aliado saudita imputaron a Irán. Teherán ha negado cualquier implicación en ello.