Dolor intenso, dificultad para respirar y ataques al corazón, son algunas de las consecuencias que las aves soportan mientras son desplumadas. A pesar de que esta práctica está prohibida en la Unión Europea, la ley tiene agujeros.
El proceso de desplume comienza cuando los patos y gansos tienen 10 semanas, es decir que no han alcanzado una edad madura, y continúa cada seis semanas, hasta que cumplen cuatro años.
En esta práctica manual, los trabajadores sujetan a las aves entre sus piernas y tiran de las plumas de la parte del pecho. Debido a que a los recolectores se le paga usualmente por cada ave, estos tratan de desplumar a la mayor cantidad posible de ellas.
No todas las plumas son usadas. De un ganso sale un promedio de 300 gramos de plumaje: 60 gramos de micro plumas de la capa de plumas más cercana a la piel del ave; 150 gramos de plumas medianas y 90 gramos de cola y alas. Estas últimas se descartan, según afirma la página web TrackMyDown.
Durante la extracción de plumas -sin ningún tipo de analgésico-, “se rompen alas y se generan diferentes heridas que no son tratadas, lo que significa que los animales sienten un 100% del dolor durante todo el proceso”, asegura Fabian Steinecke, de la Oficina Protectora de Animales de Alemania (Deutsches Tierschutzbüro).
“Las aves en granjas industriales están constantemente bajo estrés y se vuelven somnolientas y agresivas. Se atacan entre sí y muchas veces arrancan las plumas de las otras aves. Sencillamente dejan de comportarse de una manera normal”, agregó.
Dolor, tortura y muerte
Luego de las largas jornadas de dolor y tortura, los patos y gansos son enviados al matadero. El ciclo de vida de un pato en su hábitat normal es de 8 a 10 años, mientras que el de los gansos es de 20.
A pesar de que este procedimiento está prohibido en la Unión Europea, de acuerdo con el Parlamento Europeo, “se permite la práctica de recolección de plumas de gansos vivos durante el periodo de muda.” Este último aspecto es uno de los más criticados a causa de la falta de control por parte de las autoridades.
Según denuncia la organización educativa vegana Gentle World, durante la recolección algunas de las plumas son arrancadas supuestamente por accidente.
¿Cómo es la situación en Alemania?
En Alemania, 19 millones de gansos y patos se matan al año para obtener sus plumas. El país produce cerca de 150 toneladas de plumas, pero “anualmente importa cerca de 16.000 toneladas de diferentes partes del mundo”, aclara en su página web PETA (Personas por el Tratamiento Ético de Animales, por sus siglas en inglés). Es decir, por cada tonelada de plumas que se produce, 100 toneladas son importadas.
Con el 90% de las exportaciones, Asia es el mayor productor de plumón y plumas, mientras que la mayor parte de consumidores proviene de Estados Unidos y Canadá así como de Europa.
Organizaciones alrededor del mundo que luchan por la protección de animales han presentado videos de los horribles procesos y condiciones en China.
Ante la decisión de comprar una chaqueta de plumas, sería bueno pensar más de una vez que muchas aves alrededor del mundo fueron víctimas de tortura durante sus primeros cuatro años de vida.