El ejército estadounidense informó este domingo del lanzamiento de cohetes contra intereses de Estados Unidos en Irak, una semana después de la liberación de una decena de combatientes proiraníes detenidos durante una redada destinada a poner fin a estos ataques.
"Un cohete Katiusha fue disparado en dirección de la Zona Verde" de Bagdad, una zona de alta seguridad donde se encuentra la embajada de Estados Unidos, indica un comunicado del ejército, que señala que "cayó en una vivienda donde hirió a un niño".
Asimismo, las "fuerzas iraquíes se incautaron de cohetes y rampas de lanzamiento posicionadas para un ataque contra la base militar de Taji", que alberga soldados estadounidenses en el norte de Bagdad.
Estos disparos se han producido tras una jornada en la que resonaron fuertes explosiones a intervalos regulares en Bagdad. Las tropas estadounidenses en Bagdad están probando un sistema de defensa aérea contra los proyectiles de tipo cohete, dijo a la AFP un militar iraquí.
La embajada estadounidense no precisó si este sistema fue activado en esta ocasión.
Estas nuevas hostilidades son un desafío para el gobierno de Moustafa al Kazimi, en el cargo desde hace dos meses, inmerso en un pulso con los detractores de Washington en Irak.
En la noche del 25 al 26 de junio, unidades de élite antiterroristas detuvieron a 14 hombres, miembros de las brigadas del Hezbolá, la facción proiraní más radical del país, en posesión de varias rampas de lanzamiento de cohetes.
Pero cuatro días más tarde fueron liberados por un juez por "falta de pruebas" a excepción de uno de ellos, "directamente acusado", según un responsable gubernamental.
Las autoridades aseguran que una redada así es ya un logro, pues durante el gobierno anterior dirigido por Adel Abdel Mahdi, 33 ataques con cohetes contra diplomáticos o soldados estadounidenses -algunos mortales- quedaron impunes.