Tyre Sampson, joven jugador de fútbol americano y considerado por los expertos como una de las mayores promesas de la National Football League (NFL) estadounidense, con sólo 14 años, murió tras sufrir un accidente en un parque de diversiones.
El adolescente cayó al vacío luego de salir eyectado desde uno de los juegos de ICON Park, en Orlando. La atracción es considerada la lanzadera más alta del mundo, con 131 metros de altitud.
Mientras investigaciones de la Policía de Orange County apuntan a que el arnés de seguridad que Sampson ocupaba se soltó, provocando que saliera expulsado de la lanzadera, el padre del adolescente, Yarnell Sampson, detalló los últimos instantes con vida de su hijo.
Según Yarnell, el joven había sospechado que algo estaba mal con la atracción.
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“Lo que escucho es que su amigo estaba hablando con él antes de que ocurriera la situación”, contó el padre del joven, en declaraciones que publicó St. Louis Post-Dispatch.
“Él estaba como incómodo con la situación”, destacó, y que en ese instante advirtió que “la cosa no está presionando hacia abajo, ¿sabes lo que estoy diciendo? Y si no lo logro, entonces dile a mi mamá y a mi papá que los amo”.
Yarnell manifestó, además, que su hijo “tenía todas las mejores cualidades que yo nunca tuve... Era inteligente. Era un buen chico. Él era un cuadrado. Cuando se enfocaba en esto del fútbol, sus calificaciones tenían que estar altas para jugar al fútbol, y eso era todo lo que le importaba”.