Las autoritarias sanitarias francesas interrumpieron un ensayo clínico ilegal llevado a cabo en unos 350 enfermos de Párkinson y Alzheimer en una abadía, y en la que se utilizaba una molécula cuyos efectos son "desconocidos".
El experimento consistía en aplicar parches que contenían dos moléculas en pacientes que sufren enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer o Párkinson, o que tienen problemas para dormir.
La Agencia Nacional de Vigilancia del Medicamento (ANSM, por sus siglas en francés), dijo que éstas moléculas, "cuyos efectos y tolerancia son desconocidos", podrían acarrear un "riesgo" para la salud.
Según esta agencia, estas moléculas son parecidas a la melatonina, una hormona que se utiliza a menudo para dormir mejor, pero cuyo uso no es recomendado para ciertas personas ya que puede tener efectos secundarios.
El ensayo clínico era llevado a cabo por una estructura llamada Fondos Josefa, bautizada así en honor a una religiosa católica española fallecida en 2013.
Su vicepresidente es el profesor Henri Joyeux, un doctor muy polémico entre la comunidad médica francesa, conocido por su oposición a las vacunas, que describe a la estructura como una "fundación espiritual".
En la página web del Fondo Josefa, su fundador, el profesor Jean-Bernard Fourtillan, reivindica el descubrimiento de la Valentonine, que según él "protege nuestro organismo y asegura la regulación de la vida psíquica y vegetativa".
La ANSM pidió a los participantes del ensayo que "dejen de utilizar los parches" en cuestión y "consulten rápidamente a un médico".
"Es absolutamente inadmisible, es un verdadero escándalo", declaró el viernes la ministra de Salud de Francia, Agnès Buzyn, quien no excluyó un procedimiento penal.
"La prioridad es saber cuál es el estado de salud de los participantes", señaló. "Estas personas fueron víctimas de informaciones falsas", añadió la ministra que hizo hincapié en la "vulnerabilidad" de los enfermos frente a promesas de "tratamientos milagrosos".
Según ella, se pidió a los pacientes que participaron en el ensayo clínico que no dijeran nada a sus doctores de cabecera.
Contactado por teléfono por la AFP, el profesor Henri Joyeux dijo que "no tenía nada que ver con un ensayo clínico", sin dar más detalles.
Realizar un ensayo clínico sin autorización en Francia puede ser condenado con una multa de 15.000 euros y un año de cárcel.