Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizaron un elemento con inscripción jeroglífica maya en la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el sur de México, a más de 10 años del último hallazgo.
Según el INAH, la inscripción es un marcador de piedra de juego de pelota en forma circular, el cual presenta en bajorrelieve una banda glífica rodeando a dos personajes ataviados como jugadores de pelota. La relevancia del hallazgo radica en tratarse de un elemento escultórico que conserva su texto glífico completo, según se lee un comunicado de prensa de la institución enviado a DW.
Tras masiva llegada de Migrantes: Italia decreta estado de emergencia por seis meses
"El círculo de piedra caliza, que tiene en el borde jeroglíficos mayas y al centro aparecen dignatarios mayas jugando Pok Ta Pok, el juego de pelota precolombino, puede cambiar la historia del sitio al aportar un nuevo elemento que desconocíamos", manifestó en entrevista Marco Antonio Santos Ramírez, director de la zona arqueológica de Chichén Itzá.
Las inscripciones, según dijo el arqueólogo a EFE, podrían ser los últimos jeroglíficos que fueron escritos sobre la antigua cultura del Clásico Tardío (650 al 900 después de Cristo).
"La escritura clásica maya cesa, a partir del 900 d.C., durante el esplendor de Chichén Itzá", aseguró el arqueólogo.
Según el INAH, se trata de un disco compuesto por roca de origen sedimentario, y la banda glífica, presente en la cara frontal, mide aproximadamente seis centímetros de ancho.
"El personaje a la izquierda porta un tocado de plumas y una banda que presenta un elemento en forma de flor, probablemente un lirio acuático. A la altura del rostro se distingue una voluta, la cual puede interpretarse como aliento o voz. El contrincante porta un tocado reconocido como 'turbante de serpiente', cuya representación se observa en múltiples ocasiones en Chichén Itzá. El individuo usa protectores de juego de pelota. La banda epigráfica se compone de 18 cartuchos con una fecha de cuenta corta 12 Eb 10 Cumku, la cual apunta, tentativamente, al año 894 d.C.", afirmó la arqueóloga Lizbeth Beatriz Mendicuti Pérez, quien encontró la pieza.
Nuevo texto para ampliar el conocimiento de la cultura maya
Por su parte, Santos Ramírez explicó que el disco de piedra "podría ampliar o cambiar lo que se conoce de la cultura maya, ya que al parecer contiene fechas, nombres o acciones que dejaron plasmados los antiguos habitantes de Chichén Itzá".
Si se empezara armar un libro de cientos de páginas, "el disco con jeroglíficos que parece del Periodo Clásico Tardío podría ser un nuevo texto para ampliar el conocimiento de la cultura ancestral".
Santos Ramírez manifestó que el descubrimiento se realizó gracias a la inversión del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), derivado del Proyecto Tren Maya, obra prioritaria del presidente Andrés Manuel López Obrador en el país.
"Desde la creación del INAH no se había registrado una inversión tan importante en la arqueología de México y hoy está rindiendo frutos, el hallazgo del disco con jeroglíficos es un ejemplo", aseveró.
El disco se encontró hace unas semanas en la Estructura Morley, nombrada así en honor al arqueólogo estadounidense Sylvanus Morley que restauró Chichén Itzá después de la Primera Guerra Mundial.
Esa estructura, que se ubica exactamente en la zona conocida como Casa Colorada, a unos metros al sur del Castillo de Chichén Itzá, también guardaba en su interior orejeras y glifos sobre piedras que, al juntarlos, reflejaba a Kukulcán.
Actualmente, el disco de jeroglíficos está en investigación, "bajo el cuidado de epigrafistas, como David Stuart de una universidad estadounidense; esperemos que pronto se den más detalles del hallazgo".
El director de Chichén Itzá comentó que el disco fue nombrado La Piedra Pérez, "para darle crédito a su descubridor", el investigador Francisco Pérez.
Sobre los trabajos de Promeza, que se realizan en esa zona arqueológica, considerada la más visitada de México, dijo que llevan un 75 % de avance en la parte de conservación y mantenimiento, "sobre todo en estructuras que tenía décadas sin remozar".