El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ofreció este viernes sus "disculpas" por el ataque en Kabul del psado 29 de agosto en el que murieron diez civiles, justo antes de la retirada de Estados Unidos de Afganistán.
"Ofrezco mis más profundas condolencias a los familiares vivos de los fallecidos", dijo en un comunicado en el que reconoció que el hombre atacado era "sólo una víctima inocente, como los demás trágicamente asesinados".
"Pedimos disculpas y trabajaremos para aprender de este horrible error", añadió, poco después de que el ejército estadounidense admitiera que el ataque con drones había sido una equivocación.
"Ningún ejército se esfuerza tanto como el nuestro por evitar las bajas civiles. Cuando tenemos motivos para creer que hemos segado vidas inocentes, investigamos y, si es cierto, lo admitimos", dijo.
El Ejército estadounidense admitió el viernes que su último ataque en Afganistán, el 29 de agosto, había sido "un error trágico".
El jefe del Comando Central de Estados Unidos, el general Kenneth McKenzie, dijo que el ataque tenía como objetivo una presunta operación del Estado Islámico contra el aeropuerto de Kabul de la que la inteligencia estadounidense tenía una "certeza razonable".
Sin embargo, "es poco probable que el vehículo y los fallecidos estuvieran vinculados al grupo yihadista EI-Khorasan" o supusieran "una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses", declaró McKenzie, jefe de las fuerzas estadounidenses en Afganistán hasta la retirada definitiva de Estados Unidos.
"El ataque fue un error trágico", dijo a periodistas.