Decretan toque de queda en Bagdad tras protestas con 9 muertos
El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, declaró este miércoles el toque de queda en la capital, Bagdad, luego de que violentas protestas desatadas en varias ciudades del país dejaran al menos nueve personas muertas y 400 heridas. La medida comenzará a regir este jueves 3 de octubre y se extenderá "hasta nueva orden” a "vehículos y personas en Bagdad”.
La policía iraquí disparó munición real y gases lacrimógenos para dispersar nuevas manifestaciones en la capital, pese a que el presidente del país y la ONU habían exhortado a la calma. Las protestas continuaban al caer la noche y el gobierno anunció el cierre de la denominada Zona Verde, donde tienen su sede los ministerios y embajadas.
Más temprano se había adoptado la misma medida en tres ciudades del sur del país, mientras fuerzas de élite de las unidades antiterroristas controlaron a manifestantes que intentaban asaltar el aeropuerto de Bagdad. Las mismas tropas escogidas fueron enviadas a Nasiriya luego de que hubiera intercambios de disparos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, en los que fallecieron seis personas.
Piden huelga general
El gobierno detalló que quedará en manos de los gobernadores provinciales la declaración del toque del queda en otras regiones del país. Quienes viajen al aeropuerto, los funcionarios de gobierno, peregrinos, ambulancias y operarios de las compañías de luz y agua quedaron exentos del toque de queda, añadió el comunicado difundido por la oficina del primer ministro.
Sometido a su primera prueba popular tras llegar al poder hace casi un año, el gobierno de Mahdi acusó a "agresores” y a "saboteadores” de haber "provocado víctimas de forma deliberada”. Las manifestaciones no tienen detrás a un partido o a un líder religioso y están motivadas por la deficiencia de los servicios públicos y el desempleo.
Pese a ello, el principal líder chiita, Moqtada Sadr, pidió el miércoles "protestas pacíficas y una huelga general” para incrementar la presión. Sadr ya fue el principal instigador de las revueltas de 2015 y 2016, que paralizaron al gobierno.