La región japonesa de Okinawa declaró el estado de emergencia tras constatar una "propagación explosiva" del nuevo coronavirus, indicaron las autoridades, que invitaron a la población a confinarse durante dos semanas.
"Asistimos a una propagación explosiva de las infecciones. Declaramos el estado de emergencia" hasta el 15 de agosto, declaró el viernes el gobernador de la región, Denny Tamaki, a los periodistas, agregando que los hospitales estaban desbordados por este aumento de los contagios.
El responsable pidió a los habitantes que eviten las salidas no esenciales. Aunque ese tipo de medidas no son obligatorias en Japón, la mayoría de la población las respeta.
La mayor parte de los casos de COVID-19 detectados en esta isla del sur del archipiélago se dieron en bases militares estadounidenses.
El viernes se registraron 71 casos en la región de Okinawa, de un total de 395, 248 de los cuales en bases estadounidenses, según las autoridades japonesas.
Una situación que dio lugar a tensiones con los representantes estadounidenses.
En Okinawa hay cerca de 20.000 Marines, además de miles de soldados de otras unidades militares estadounidenses. Su presencia en la isla es una cuestión sensible desde hace tiempo.
Por otro lado, en Tokio se pidió a los restaurantes, bares y karaokes que cierren sus puertas a las 22H00 a partir del 3 de agosto y hasta final de mes, tras un aumento de contagios diarios.
En total, en Japón se han confirmado unos 35.200 casos de COVID-19 y algo más de 1.000 decesos desde que se detectara el primer caso, en enero. El número de contagios aumentó desde que se levantó el estado de emergencia, en mayo.