La declaración de "emergencia nacional" por el coronavirus anunciada el viernes por el presidente Donald Trump permitirá que miles de millones de dólares y recursos federales sean canalizados hacia los estados estadounidenses más afectados.
- Emergencia nacional -
Al declarar que el brote de coronavirus en Estados Unidos constituye una emergencia nacional, Trump invocó la Ley Stafford, aprobada por el Congreso en 1988 para proporcionar asistencia federal a los gobiernos estatales y locales con el fin de "salvar vidas y proteger la propiedad y la salud y seguridad públicas".
También se puede recurrir a la Ley Stafford para proporcionar ayuda federal a los gobiernos estatales y locales para asistirlos en la respuesta a "desastres de gran magnitud" como huracanes, terremotos, deslizamientos de tierra, inundaciones, tsunamis o incendios.
"Solo el gobierno federal puede proporcionar la coordinación necesaria para abordar una pandemia de este tamaño y alcance nacional causada por un patógeno introducido en nuestro país", dijo Trump en una carta a los jefes de departamento informándoles que estaba invocando la Ley Stafford.
Trump también citó secciones de la Ley Nacional de Emergencias (NEA) para ampliar la autoridad del Secretario de Salud y Servicios Humanos para hacer frente a la crisis.
La NEA otorga a la Casa Blanca amplios poderes para declarar la ley marcial, suspender las libertades civiles, desplegar al ejército, confiscar bienes y restringir el comercio, las comunicaciones y las transacciones financieras.
- Fondo de ayuda -
La Ley Stafford otorga a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Seguridad Nacional, la autoridad para disponer de un fondo de ayuda por desastre.
El fondo de FEMA estaba dotado de 42.600 millones de dólares a fines de febrero, pero Trump dijo en una conferencia de prensa que "hasta 50.000 millones" estarían disponibles.
En una carta al presidente el miércoles, 36 senadores demócratas lo instaron a recurrir al fondo para lidiar con el brote de coronavirus, que ha causado más de 2.000 infecciones y 47 muertes en Estados Unidos.
"Los funcionarios estatales y locales están trabajando arduamente para mitigar el brote y proteger a los estadounidenses y los recursos federales en curso son muy necesarios para apoyar esos esfuerzos", dijeron.
Los fondos se pueden usar para una variedad de propósitos, incluyendo pruebas, diagnósticos, tratamientos y monitoreo, equipos médicos y refugios temporales, como carpas o edificios portátiles.
Las autoridades federales asumirían 75% del costo, mientras que los estados aportarían el 25% restante.