¿Debe temer Estados Unidos a la nueva relación de China y Rusia?
Hace unos días, en un impresionante desfile militar en Moscú para conmemorar los 70 años de la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, hubo varios ausentes: Francia, Reino Unido y Estados Unidos decidieron boicotear el evento debido al conflicto en Ucrania.
Quien sí estuvo presente como invitado de honor fue el presidente chino Xi Jinping, sentado al lado de Vladimir Putin para presenciar la marcha de miles de soldados en la Plaza Roja de Moscú.
Las imágenes que muestran a los dos líderes parecen confirmar lo que se ha dicho repetidamente en meses recientes: la relación cada vez más cercana entre estos dos países.
De hecho, en la víspera de esta celebración, Rusia y China firmaron en Moscú 32 acuerdos bilaterales, según se informó, para no dejar dudas de su acercamiento.
Entre estos estuvo un trato de más de US$6.000 millones de inversión china en Rusia para una línea de tren interurbano y un acuerdo presentado como "pacto de no agresión" entre el ciberespacio de ambos países.
Y esta semana las fuerzas navales de Rusia y China están llevando a cabo ejercicios conjuntos en el Mediterráneo.
Relación "difícil"
Todo esto parece indicar que mientras la relación de Moscú con Occidente es cada vez más fría -con las sanciones impuestas a Moscú por la situación en Ucrania- la relación con Pekín está cada vez más cimentada.
Sin embargo, este martes el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, estuvo en Moscú para reactivar el diálogo bilateral pese a las crecientes tensiones por el conflicto en Ucrania.
Es la primera visita a Moscú de un jefe de la diplomacia estadounidense en dos años y las afirmaciones de Kerry describieron el ambiente tenso que experimentan las dos potencias.
"No esperábamos que hubiera algún tipo de avance (...) pero hemos tenido un diálogo bueno y profundo con los dirigentes rusos, lo que es excepcionalmente importante para lograr progresos ante los numerosos problemas que afrontamos", aseveró Kerry.
Agregó que el diálogo fue "franco" con el presidente Vladimir Putin tras ocho horas de reuniones.
Se ha dicho que la nueva alianza estratégica de China y Rusia es contra un enemigo común: Estados Unidos. ¿Es así?
"La relación entre China y Rusia ha tenido históricamente muchos sobresaltos", explica Raymond Li, editor del Servicio Chino de la BBC.
"Si miramos al pasado, el partido comunista chino se inspiró en los principios del partido comunista ruso y durante muchos años ambos países gozaron de un enorme apoyo mutuo, hasta los 1950 cuando ocurrió el rompimiento".
"Después, durante fines de los 1980 comenzaron a reanudarse las relaciones. Pero creo que ha sido en los útlimos años, y en particular desde la llegada de Xi Jinping al poder, cuando se ha establecido lo que podemos llamar una sociedad estratégica", agrega.
En efecto, desde que Jinping asumió la presidencia se ha reunido con Putin en al menos 10 ocasiones. Y desde entonces ambos han hecho declaraciones efusivas de su amistad.
Las cosas no han quedado en palabras. En mayo pasado, Rusia firmó un acuerdo de US$400.000 millones para abastecer anualmente a China 38.000 millones de metros cúbicos de gas natural entre 2018 y 2048.
Con lo cual Rusia a menudo presenta a China como un país que no sólo está proveyendo inversiones y abriendo mercados en el país sino que también comparte sus valores.
Interés común
Pero tal como señala Raymond Li, lo que realmente une a China y Rusia es un interés estratégico común: Estados Unidos.
"Pekín necesita jugar la 'carta rusa' contra Estados Unidos, porque siente que Washington está en medio del camino para que China se convierta en la nueva potencial mundial" dice el periodista de la BBC.
"Y al mismo tiempo, Rusia necesita a China ahora que ha sido aislado por Occidente. Así que este interés mutuo es el que ha estado acercando a los dos países", agrega.
En efecto, a pesar de las palabras afectuosas entre Pekín y Moscú y las ceremonias para firmar múltiples acuerdos, las negociaciones para alcanzar tratos han sido tensas y tortuosas.
Por ejemplo, en los acuerdos firmados el viernes pasado no se logró establecer un compromiso sobre el precio al que será vendido el gas ruso.
"Pekín sabe que puede conseguir un buen precio con una Rusia desesperada por efectivo, por crédito y por nuevos mercados" dice Keith Johnson, corresponsal de la asuntos energéticos de la revista Foreign Policy.
"Como Moscú está renuente a aceptar esos términos, se ha logrado poco progreso real en la expansión de acuerdos energéticos relevantes", agrega.
Es poco probable, sin embargo, que estos "detalles" causen divisiones en la relación.
Tal como le dijo Alexander Gabuev del Centro Carnegie en Moscú al periódico New York Times: "Los rusos finalmente han entendido que China solo inviertirá si ve beneficios".
Lo que más bien le está causando problemas a Xi Jinping, es la percepción de su amistad con Putin dentro de su propio país.
Los dos países han enfrentado tantas disputas fronterizas y tantas divisiones históricas que el pueblo chino desconfía de Rusia y de esta relación de su gobierno con los rusos.
"Después de la visita de Xi Jinping a Rusia para conmemorar los 70 años del fin de la guerra, hubo muchas críticas y protestas de los chinos que piensan que China no debería acercarse tanto a Rusia, que Rusia no es un país confiable" dice Raymond Li de la BBC.
"Hubo tantos comentarios negativos en las redes sociales chinas que el períodico oficial del Ejército Popular de Liberación publicó el martes un artículo criticando a los críticos de Rusia y reafirmando la amistad de China con Rusia" agrega.
También se ha dicho que Rusia necesita más a China de lo que ésta última necesita de Rusia.
Pero tal como explica Raymond Li, "China también está enfrentando problemas económicos y también necesita la inversión extranjera y los nuevos mercados".
"Sin embargo, el gobierno es muy inteligente y no pagará cualquier precio por cualquier trato, cualquiera que sea el país con quien firme compromisos".
"Yo personalmente creo que, en el fondo, lo que China realmente preferiría es mantener una buena relación con Occidente. Y en particular, una buena relación con Estados Unidos. Este es el país a quien realmente quiere tener como socio número uno", afirma el periodista de la BBC.