Rafael Nadal, el número uno del mundo de la ATP, dice que no entiende una “España sin Cataluña”. Sin embargo, los deseos políticos del ganador del US Open se topan con una situación cada vez más al límite.
Desde que la semana pasada el Parlamento catalán aprobara –no sin polémica- la ley que ampara el referéndum independentista, la tensión entre los cesionistas y Madrid comienza a elevarse.
El gobierno de Mariano Rajoy ha encontrado apoyo en el Tribunal Constitucional (TC) en su intento para frenar el proceso que debería llevarse a cabo el 1 de octubre, pese a lo cual el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont ha insistido que el plebiscito es la única vía posible, salvo que se produzca un pacto que considera improbable.
Un día después de las celebraciones de la Diada, la fiesta de Cataluña, donde se produjeron masivas manifestaciones en favor de la independencia, la institucionalidad ha vuelto este martes a intentar controlar la situación.
Primero ha sido a través del TC, que admitió un nuevo recurso del gobierno contra la norma que pretende fundar la república catalana.
Luego, a través de la Fiscalía Superior de Cataluña, que le advirtió a todos los cuerpos policiales de la región, la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra, que su misión es impedir el referéndum.
Entre las labores que deben cumplir, se destaca la requisación de "urnas, sobres electorales, manuales de instrucciones para los miembros de las mesas electorales, impresos electorales, propaganda electoral, elementos informáticos, así como cualquier otro material de difusión, promoción o ejecución del referéndum ilegal".
Los más complicados con la situación son los Mossos d'Esquadra, que dependen políticamente de Cataluña, pero están obligados a cumplir el mandato de la Fiscalía.
"Los Mossos están para servir a los ciudadanos, a todos, no a unos pocos", dijo el ministro de Justicia español, Rafael Catalá.