COVID-19: la cloroquina tiene efecto positivo en monos, pero no en humanos
El debate sobre el efecto, sea negativo, peligroso o positivo, de la cloroquina como medicamento contra el paludismo y su pariente cercano hidroxicloroquina, como posible remedio contra COVID-19, ha estado al rojo vivió durante los últimos meses. Este ha sido en debate que solo ha creado confusión.
Sin embargo, los resultados de las investigaciones publicados en la revista Nature y realizadas por científicos del Centro Alemán de Primates (DPZ) de Göttingen, el Hospital Charité de Berlín y el Hospital Universitario de Bonn hablan ahora por sí mismos: "La cloroquina no es un medicamento adecuado para el tratamiento de una infección por SARS-CoV-2”. Simplemente no funciona.
Para Stefan Pöhlmann, director del departamento de Biología de Infecciones del DPZ y uno de los autores del estudio, los resultados de su investigación son convincentes: "No hay más justificación para continuar con los estudios que buscan demostrar un presunto efecto positivo que no existe". Dado que el confuso debate sobre la cloroquina podría llegar a un abrupto final, gracias al trabajo de los científicos de Göttingen, vale la pena examinarlo más de cerca: ¿Qué han hecho Pöhlmann y sus colegas de manera diferente?
Experimentos con células humanas
En los últimos meses se han publicado diversos estudios que han suscitado la esperanza de que la cloroquina pueda ser un fármaco eficaz contra SARS-CoV-2. Sin embargo, estos ensayos tenían un inconveniente: no se llevaron nunca a cabo con células humanas.
"La actividad antiviral de la cloroquina y la hidroxicloroquina se demostró por primera vez con la línea celular de los monos 'vero'", explica Pöhlmann. Esta es una línea celular derivada de las células del riñón del mono verde, o "chlorocebus”. "Estas células son muy a menudo utilizadas por virólogos para experimentos", dice.
Aunque las células vero son adecuadas para muchos experimentos de cultivos celulares, no lo son para los experimentos in vitro con el nuevo coronavirus, dice Markus Hoffmann, que también participó en el estudio. El biólogo especialista en infecciones está investigando las diferentes formas en que los nuevos virus entran en las células. "Las células vero son incapaces de trazar la ruta de entrada crucial que el SARS-CoV-2 utiliza para la infección de las células del pulmón humano", dice.
El camino a través de TMPRSS2
Las células de los monos carecen de una enzima específica llamada TMPRSS2, que el virus activa para entrar en las células pulmonares. En su lugar, producen la enzima activadora del virus catepsina L. La cloroquina tiene un efecto inhibidor sobre esta enzima, y puede así evitar que el virus corona infecte las células vero.
Las células vero (del esperanto: "verda reno" y "vero" que significan "riñón verde" y "verdad" respectivamente) pertenecen a un linaje celular utilizado en cultivos celulares. La línea vero fue aislada a partir de las células epiteliales del riñón de un mono verde africano (chlorocebus). El linaje de las células vero puede replicarse a través de muchos ciclos sin envejecer, y presenta un número anormal de cromosomas. Permite la producción de vacunas contra enfermedades virales. También se utiliza en estudios científicos de microbiología, biología celular y molecular.
Los investigadores decidieron llevar a cabo sus experimentos en una línea de células de pulmón humano llamada Calu-3 para averiguar si la cloroquina tiene el mismo efecto inhibidor aquí. Después de todo, el nuevo coronavirus se introduce en el cuerpo humano principalmente a través del pulmón.
"El virus se acopla a la célula del pulmón, es activado por la enzima TMPRSS2 y puede así entrar en la célula", explica Hoffmann. Mientras que la cloroquina inhibe la enzima en las células de los monos, no tiene ningún efecto en el TMPRSS2 de las células pulmonares humanas. "La cloroquina no puede evitar que el virus entre en las células pulmonares", concluye el estudio, según Pöhlmann.
No hay base para estudios clínicos
Por lo tanto, los científicos piden detener todos los estudios clínicos que buscan un presunto efecto positivo en pacientes con COVID-19. "La justificación para estos ensayos clínicos eran, en última instancia, los datos de los experimentos de cultivo de células de monos, no de humanos”. Luego queda desvirtuado cualquier razón para seguir hablando de cloroquina como ‘remedio' contra COVID-19", dijo Pöhlmann.
Sin embargo, las investigaciones clínicas sobre la cloroquina y SARS-CoV-2 siguen en curso. No obstante, Pöhlmann y Hoffmann también consideran problemático que médicos en diversas partes del mundo prescriban el medicamento contra el paludismo fuera de los ensayos clínicos. Esto es particularmente peligroso para los pacientes que sufren de problemas cardíacos y puede empeorar el estado de un paciente.