Un ministro de Bolivia afirmó este sábado que el gobierno chileno actúa de "mala fe" al autorizar el traslado de bolivianos en ese país hasta la frontera binacional, que permanece cerrada debido al coronavirus.
"Vemos mala fe del gobierno chileno, que está permitiendo que los bolivianos viajen hasta la frontera" a pesar de que no pueden volver a su país porque el cruce fue suspendido para contener la COVID-19, dijo el titular de Obras Públicas, Iván Arias, al portal del periódico Página Siete.
Unos 500 bolivianos permanecen varados desde hace días en la localidad limítrofe chilena de Colchane solicitando volver al país altiplánico, que tiene cerrada sus fronteras.
Algunos lanzaron pedradas a los militares de su país que les impedían el paso desde el otro lado de la frontera.
"Hay comerciantes que están viajando hasta Pisiga (en el lado boliviano) y trasladan a los bolivianos hasta Colchane, y después salen las autoridades chilenas a decir que el gobierno boliviano no los quiere recibir. Eso es mala fe", declaró Arias.
El ministro afirmó que existen pruebas sobre la motivación política de esos bolivianos, un argumento mencionado anteriormente por otros funcionarios del gobierno derechista de La Paz, que aseguran que se trata de seguidores del expresidente izquierdista Evo Morales (2006-2019) que buscan causar problemas.
El gobierno boliviano argumenta que en toda repatriación deben cumplirse los protocolos de sanidad ante los riesgos de contagio de la COVID-19, que registra en el país 275 afectados y 20 decesos.
Las autoridades chilenas han criticado al gobierno boliviano por no aceptar el regreso de sus ciudadanos.
Respondiendo a una solicitud de la Defensoría del pueblo, un Tribunal Departamental de Justicia de La Paz ordenó este sábado que "de forma inmediata el nivel central del Estado coordine proveyendo el despacho y la recepción de las personas que se encuentran en tránsito por las distintas razones que sean, a su lugar de origen".
A poca distancia de Colchane, en Pisiga (a 3.700 sobre el nivel del mar) fue instalado un campamento militar con 480 bolivianos que fueron autorizados a regresar la semana pasada desde Chile y cumplen cuarentena. Han surgido quejas de que el sitio no dispone de condiciones satisfactorias.