Era una gran fiesta para celebrar los 16 años de una joven en un barrio acomodado de Long Island, en Nueva York, pero terminó mal, con 37 personas infectadas, en momentos en que aumentan los brotes del virus en el Estado y las autoridades temen una segunda ola.
La fiesta de "Sweet 16" –similar en Estados Unidos a una fiesta de quinceañera– fue celebrada el 25 de septiembre en el Miller Place Inn de Long island, que fue multado con 12 mil dólares por permitir la entrada de 81 personas, más del máximo de 50 autorizado.
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"Nunca habíamos tenido un evento superpropagador como éste en el condado de Suffolk", tuiteó la máxima autoridad ejecutiva de la zona, Steve Bellone. "La gente debe actuar de manera responsable o la economía sufrirá".
We’ve never seen a super-spreader event like this before in Suffolk County.
— Steve Bellone (@SteveBellone) October 14, 2020
People have to act responsibly so that we do not have another economic setback.
If businesses do not comply, we will enforce the law. https://t.co/DCfx0zapOM
De los 81 invitados, 29 dieron positivo a la enfermedad COVID-19. Otras ocho personas allegadas a los invitados también fueron infectadas, dijeron las autoridades del condado en un comunicado.
El gobierno local identificó 334 contactos, y colocó en cuarentena a 270 personas. Ocho escuelas señalaron casos positivos ligados a la fiesta.
"Tuvieron una fiesta de 'Dulces 16'. Qué dulce. Bueno, no fue tan dulce. Decenas de personas de la fiesta de Dulces 16 se enfermaron. Esto muestra cómo un solo evento puede generar tantos casos", dijo a periodistas el gobernador Andrew Cuomo.
El estado de Nueva York fue el epicentro de la pandemia de coronavirus en la primavera boreal, con 33 mil muertos.
Logró luego controlar el virus, pero en los últimos días la tasa de tests positivos ha aumentado en muchas localidades de la ciudad de Nueva York y en otros condados cercanos, sobre todo en barrios de fuerte población judía ortodoxa.
Para evitar una segunda ola, Cuomo cerró los comercios no esenciales en estos barrios y limitó a 10 personas la capacidad en iglesias y sinagogas.