Esta semana Corea del Norte vuelve al escenario bélico al mostrar su poderío balístico supervisado por el mismo Kim Jong Un.
El líder norcoreano supervisó el traslado de 250 lanzamisiles balísticos a unidades militares en la frontera sur, lo que supone una nueva tensión entre las coreas, considerando los constantes ataques por los medios de prensa, o más aún, la insólita “batalla” entre ambas coreas con globos llenos de basura.
En esta línea es que Kim calificó las armas como una "poderosa y apreciada espada" para defender la soberanía en Corea del Norte, afirmando que el diseño de estas armas fueron de su autoría. Mensaje en el que busca seguir potenciando su imagen al frente de los coreanos, tanto en lo intelectual como en la fuerza de combate.
Según la agencia de noticias oficial KCNA, la ceremonia ocurrió el domingo en Pyongyang donde Kim Jon Un fue secundado por sus altos mandos del ejército, y teniendo como espectadores a cientos de efectivos militares.
Corea del Norte presiona en la frontera
Además cabe recordar que el traslado de las armas coincide con un momento de deterioro en las relaciones entre las dos Coreas, donde a pesar de las intervenciones internacionales ambas naciones no logran un acuerdo de completa paz.
Así es como el Norte ha intensificado sus pruebas de misiles y ha bombardeado al Sur con globos cargados de basura, mientras que desde Seúl han respondido con la reanudación de transmisiones de propaganda a lo largo de la frontera, al tiempo que suspendió un acuerdo para la reducción de tensiones y volvió a efectuar maniobras militares con fuego real cerca de la frontera.
Clima tenso entre las coreas, ya que este año, Pyongyang designó a Corea del Sur como su "principal enemigo", prescindió de los organismos dedicados a la reunificación y el acercamiento, y amenazó con la guerra por "incluso 0,001 mm" de territorio.