Copiloto de avión de Germanwings que se estrelló en Francia vio a 41 médicos en 5 años
AFP
Andreas Lubitz, el copiloto que estrelló un avión de Germanwings el 24 de marzo en los Alpes franceses con 149 personas a bordo, consultó a "41 médicos en cinco años", generando una avalancha de críticas contra la compañía.
Tres jueces de instrucción de Marsella serán designados la próxima semana para determinar qué sabía la compañía sobre la salud mental del copiloto, anunció el jueves el fiscal francés Brice Robin, al término de un encuentro con la familia.
En una conferencia de prensa en París, Robin dijo que abrirá una investigación contra X por homicidios involuntarios, aclarando que el derecho penal francés no le permite realizarla "por asesinato, ya que el autor falleció".
Los jueces de instrucción, dijo el fiscal, tendrán que responder a esta pregunta: "¿Cómo conciliar el secreto médico con la información que debería disponer la autoridad de control y el empleador sobre el estado de salud particularmente frágil de un asalariado que es piloto de avión y tiene importantes responsabilidades?"
El fiscal había reservado la primicia de estas informaciones a unos 250 allegados de las víctimas procedentes de "España, Alemania, Venezuela, Colombia, Marruecos y otros países" en las más de 4 horas que pasó con ellos en la tarde de este jueves.
"Las familias tienen reproches (...) por la falta de claridad acerca de lo que se sabía sobre el estado de salud real de Lubitz", explicó.
Andreas Lubitz, que había sufrido una depresión en 2008 y 2009, estaba "preocupado por su salud y tenía miedo de perder la vista". El mes antes del drama había visto "en siete ocasiones a médicos: un generalista, tres visitas a un psiquiatra y tres visitas a un otorrinolaringólogo". Según el fiscal, "las autoridades alemanas interrogaron a algunos de estos médicos.
El copiloto se quejaba de "problemas en los ojos" -decía que solo veía "el 30% de los objetos"- y de tener "flashes luminosos", precisó el fiscal. Asimismo, "se están realizando análisis toxicológicos para encontrar rastros de medicamentos encontrados en su domicilio que hubiera podido consumir", dijo Robin.
"Había dicho que esto le angustiaba, que no dormía (...) que tenía miedo de volver a caer en depresión. Incluso había dicho a algunos de sus allegados que la vida, dada la pérdida de visión, no tenía ningún sentido".
Identificación
Según Stephane Gicquel, secretario general de la Fenvac (Federación Nacional de Víctimas de Accidentes Colectivos), el diálogo entre el fiscal y los allegados de las víctimas fue "franco y directo".
En particular les dijo que la justicia francesa tenía que "aportar las pruebas de lo que ocurrió".
En esta reunión, los familiares pudieron ver "tres reconstituciones con el sonido en la cabina de lo que realmente ocurrió", dijo Gicquel.
Varias familias ya habían manifestado su rabia por el retraso en la repatriación de los restos mortales. Pero el responsable de la gendarmería encargado de la identificación de los cuerpos, "explicó de nuevo muy claro cómo se hizo la identificación", lo que provocó un "fuerte aplauso de las familias de las víctimas para agradecer este trabajo", aseguró Gicquel.
Robin explicó que el trabajo de embalsamamiento fue "largo" y "necesario" y contó que hubo problemas con las autorizaciones solicitadas a las familias o con la transcripción de algunas partidas de nacimiento.
Casi tres meses después de la tragedia, sólo los cuerpos de 44 víctimas alemanas fueron trasladados a Alemania en un vuelo especial de Lufthansa -casa matriz de Germanwings- el martes.
Un segundo vuelo repatriará a unas 30 víctimas a Barcelona el 15 de junio y se espera que el total de las víctimas habrán sido repatriadas para "finales de junio", anunció el miércoles Lufthansa.
De las 150 víctimas, 72 eran alemanas y 50 españolas.
Por otra parte, los restos humanos no identificados habrán de inhumarse en una "sepultura colectiva" en la ciudad de Vernet, a unos kilómetros de la zona del accidente.