El Congreso de Perú, dominado por la oposición derechista, aceptó este lunes debatir una moción de destitución contra el presidente izquierdista Pedro Castillo, similar a las que condujeron a las caídas de los exmandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.
"Ha sido admitida [a debate] la moción", anunció la jefa del Congreso, María del Carmen Alva, luego de que la iniciativa fuera aprobada por 76 votos, 41 en contra y una abstención.
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Alva propuso que el plenario decida la suerte del mandatario el lunes 28 de marzo, pero otro legislador opositor sugirió adelantarla para el viernes 18. La decisión será tomada este lunes tras una reunión de los jefes de bancadas.
Se trata de la segunda "moción de vacancia" contra Castillo en los siete meses y medio que lleva en el poder. En diciembre, el Congreso desestimó la primera.
El pedido lo presentaron 50 congresistas de los partidos derechistas Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular (fujimorista), con apoyo de legisladores de otras bancadas.
La oposición alega "incapacidad moral" de Castillo y necesitaba 52 votos, de un total de 130, para ser aceptada a debate.
Si es destituido, el poder lo asumiría su vicepresidenta Dina Boluarte. Pero expertos dudan que los opositores puedan cruzar el umbral de los 87 votos necesarios, según la Constitución.
"El presidente Pedro Castillo debe dar explicaciones inmediatas al país por sus reiteradas inconductas", dijo el legislador ultraconservador Jorge Montoya, un almirante retirado, al fundamentar la moción.
"El propio señor Castillo ha reconocido públicamente que no se encuentra preparado para el cargo", agregó.
Pero Waldemar Cerrón, jefe de la bancada del oficialista Perú Libre, afirmó que el Congreso "pierde el tiempo" en estos debates. La formación adelantó que sus 37 parlamentarios rechazarán la moción.
- Castillo hablará ante el Congreso -
El martes Castillo acudirá al Congreso por un asunto aparte: pronunciar un discurso sobre el estado de la nación.
Según la oposición, el presidente es salpicado por la presunta corrupción de su entorno e incurrió en "traición a la patria" por declararse abierto a un referéndum para decidir una salida al mar a la vecina Bolivia.
"No tiene sentido la acusación de traición a la patria. Buscan cualquier forma para acabar con el gobierno de Castillo", dijo el politólogo Fernando Tuesta en conferencia con la prensa extranjera.
"No hay votos suficientes para sacarlo, tampoco hay movilizaciones callejeras para sacarlo", subrayó Tuesta.
La desaprobación del mandatario cayó en marzo a 66%, tres puntos menos que en febrero cuando alcanzó su mayor nivel(69%), pero aún más desprestigiado está el Congreso, que acumula un rechazo de 70%, según sondeo de Ipsos.