Turquía completó este 11 de abril la construcción del llamado Muro de Erdogan de 556 kilómetros de largo en la frontera con Siria.Según el ministerio de Defensa, el muro está dirigido contra traficantes y personas que cruzan ilegalmente la frontera.
Los activistas de derechos humanos critican la medida porque también impide la entrada de refugiados sirios que huyen de la guerra. Según la Administración para el Desarrollo Habitacional de Turquía (TOKI), que participó en la construcción, el muro se extiende por las provincias de Hatay, Kilis, Sanliurfa, Mardin, Sirnak y Gaziantep, en el sur y sureste de Turquía.
En la web de la firma se dice que el muro de tres metros de altura con alambre de púas y torres de vigilancia está integrado por elementos móviles de hormigón que podrían retirarse y cambiarse de lugar fácilmente.
Frontera prácticamente sellada
Turquía tiene una frontera de 911 kilómetros con Siria. En el pasado, Europa ha criticado al Gobierno turco continuamente por la laxitud de sus controles fronterizos, lo que permitió la entrada de yihadistas desde Turquía a Siria para unirse a la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
El Ejército turco ha expulsado entretanto al EI totalmente de la zona fronteriza. Una parte de la región fronteriza está controlada por rebeldes opositores y el Ejército turco y otra por milicianos kurdos.
La frontera está cerrada casi en su totalidad, aunque se llevan al país refugiados heridos para ser tratados en Turquía. El país acoge a más de dos millones de refugiados sirios y cientos de miles de iraquíes y de otros países.
