Compartían mascarillas: Presos en EEUU buscaban infectarse con COVID-19 para forzar su libertad
Respirando de una misma mascarilla o compartiendo un vaso desechable, un grupo de reclusos del condado de Los Ángeles, Estados Unidos buscaba deliberadamente infectarse con COVID-19 para tratar de forzar su libertad, informó un alto jerarca policial este viernes.
"Había una creencia errónea entre la población de reclusos de que si daban positivo, de alguna manera nos forzarían a liberar a más reclusos de nuestro entorno carcelario, y eso no va a suceder", dijo el sheriff local, Alex Villanueva, en una rueda de prensa.
El funcionario citó videos de cámaras de seguridad tomados a mediados de abril en dos módulos de la cárcel North County Correctional Facility, en Castaic, 67 km al norte del centro de la ciudad de Los Ángeles.
Un primer video muestra a un recluso repartiendo sorbos de agua caliente entre un grupo de compañeros que estaba en fila para ver a la enfermera.
Estaban "tratando de elevar falsamente sus lecturas de temperatura para pretender tener uno de los síntomas", indicó Villanueva.
En un segundo video se observa a los presos compartiendo un único vaso desechable y tomando turnos para respirar dentro de un mismo barbijo, que no se sabe si perteneció a alguien infectado.
John Satterfield, teniente del departamento del sheriff, explicó que las imágenes eran "solo una muestra de otros videos que están siendo revisados y forma parte de la investigación en curso".
Ninguno de los reclusos admitió alguna intención de contagiarse. No queda claro cómo comenzó el brote, si uno de esos internos estaba enfermo o presentaba síntomas, pero según Villanueva solo en esos dos módulos 21 internos resultaron positivos a la semana de estos videos.
"Es triste pensar que alguien deliberadamente trate de exponerse a la COVID-19", dijo Villanueva, quien indicó que 4.590 reclusos --40% de la población penal en el condado-- están en cuarentena, y un total de 357 dieron positivo, de los cuales 117 ya se recuperaron.
Según el jerarca, 5.000 internos fueron liberados como parte del plan para contener el virus en el sistema penitenciario, dejando la población penal en 11.700 reclusos de 17.000, la mayor del país.
"Si esta pandemia se extendía mientras teníamos 17.000 reclusos los resultados hubieran sido catastróficos", subrayó.