Por unanimidad, los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU adoptaron este lunes una resolución en la que se encargan al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que inicie "inmediatamente" los preparativos para poner en marcha ese operativo, que tendrá un mandato inicial de 12 meses.
Ban deberá presentar al máximo órgano de decisión de Naciones Unidas los detalles de esa misión en los 30 días posteriores a la firma definitiva del acuerdo de paz.
ONU estará presente en ocho zonas del país
Asimismo, el jefe del equipo negociador del Gobierno de Colombia en el proceso de paz, Humberto de la Calle, señaló este lunes que la ONU supervisará el abandono de armas por parte de la guerrilla de las FARC en ocho zonas del país.
"Lo que está claro es que no habrá armas en manos de las FARC y lo que está claro es que el garante de eso frente a la comunidad internacional y nacional son las Naciones Unidas, que la dejación de armas se hará ante Naciones Unidas y me parece que ese es un hito fundamental para lo que sigue", declaró De la Calle durante un foro realizado en Bogotá.
El pasado 19 enero, el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) acordaron solicitar a la ONU la creación de una misión de observadores internacionales para verificar el alto el fuego bilateral definitivo y la dejación de armas por parte de esa guerrilla.
La misión forma parte de un mecanismo tripartito de monitoreo y verificación del futuro alto el fuego, que también estará integrado por representantes elegidos por el Gobierno y por la guerrilla.
“De aquí en adelante ya cesa la retórica”
De dicha misión internacional harán parte expertos civiles no armados de países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Al respecto, el negociador del Gobierno explicó que se trata de "una misión política", sin armas ni cascos azules como en otros lugares del mundo. "Es una misión que implica un enorme despliegue humano en Colombia, con unos costos elevados que (...) serán asumidos por Naciones Unidas", agregó.
"De aquí en adelante ya cesa la retórica. Este es un problema en el que las potencialidades y capacidades concretas de Naciones Unidas en el terreno dictarán la última palabra", agregó.