AFP
La Iglesia católica y el Estado han "coincidido" hacia la paz de Colombia, que esta semana alcanzó un "acuerdo histórico" para acabar un conflicto de medio siglo con la guerrilla FARC, dijo este sábado el presidente Juan Manuel Santos.
"La Iglesia y el Estado colombiano hemos coincidido en este camino hacia la paz", señaló al inaugurar en Bogotá el Jubileo de la Misericordia de América, días después de cerrar las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), iniciadas en Cuba en noviembre de 2012.
"El país en paz que buscamos, la Iglesia y el Estado, es un país de ciudadanos libres, que construyen equidad y transitan los caminos de la solidaridad", añadió, en presencia de decenas de cardenales y obispos de todo el continente.
En Colombia, la separación de la Iglesia y el Estado fue establecida a partir de la Constitución de 1991, y un 79% de la población se declara católica, según el estadounidense Pew Research Center.
El presidente Santos, un católico reconocido, destacó el sostén que ha significado el papa Francisco a lo largo del proceso de paz con las FARC y recordó cómo meses atrás le dijo que Colombia no podía permitirse "otro fracaso" en su senda hacia la reconciliación.
"Tenemos tanta gratitud hacia Su Santidad por su apoyo permanente en este complejo camino de buscar y conseguir la paz", dijo el mandatario, enfatizando que la misericordia "es una vía grandiosa" para construirla.
Santos destacó además la importancia de la decisión política que supone el plebiscito del 2 de octubre, en el que los colombianos deberán pronunciarse por el acuerdo alcanzado con las FARC, y llamó a tomarla con esperanza.
"En Colombia no queremos vivir más en el miedo", dijo, citando el Evangelio de San Juan: "La paz os dejo, mi paz os doy (...) No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo".
El papa Francisco, a quien el gobierno y las FARC pidieron en agosto su participación en la elección del tribunal especial que juzgará los delitos más graves del conflicto armado, confirmó a fines de julio que viajará a Colombia en el primer semestre de 2017.
El conflagración interna colombiana ha involucrado durante más de cinco décadas a guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, con un saldo de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.