AFP
Donald Trump acusó este sábado a los demócratas de haber provocado el cierre parcial de la administración federal como una maniobra política, en momentos en que el Congreso intentaba alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto, justo al cumplirse el primer aniversario de su presidencia.
"Es el primer aniversario de mi presidencia y los demócratas querían hacerme un lindo regalo", ironizó el presidente estadounidense republicano en una larga serie de tuits.
La píldora es amarga para este magnate inmobiliario que durante su campaña se vanagloriaba de ser un maestro del arte de la negociación. Trump tenía previsto pasar el fin de semana en su club privado de Mar-a-Lago, en Florida, para una cena de gala en la que pretendía recaudar fondos. Pero por ahora está bloqueado en Washington, donde los senadores tenían previsto reunirse a mitad de la jornada.
A este disgusto se sumó la celebración de la segunda "Marcha de las Mujeres", con manifestaciones organizadas en varias ciudades, como Washington y Nueva York, un año después de la masiva protesta que desafió a Trump a su llegada a la Casa Blanca.
En las manifestaciones podían verse los gorros de lana rosa con orejas conocidos como "pussy hats" que el año pasado se convirtieron en el símbolo de oposición a Trump, en un juego de palabras tras sus declaraciones de que podía "agarrar por el coño" a las mujeres que deseaba con impunidad.
A su vez, la publicación del último sondeo de NBC/WSJ no fue nada alentadora para el presidente. Su popularidad es de 39%, una cifra que lo posiciona muy lejos en comparación a la apreciación de otros presidentes en el mismo periodo de su gobierno: Barack Obama 50%, George W. Bush 82% y Bill Clinton 60%.
A negociar
El Senado tenía plazo hasta la medianoche del viernes para aprobar el proyecto de extensión del presupuesto, lo que ya hizo el jueves la Cámara baja, pero el Partido Republicano no consiguió, pese a las febriles negociaciones, los 60 votos necesarios para adoptar la medida.
El cierre ("shutdown") comenzó entonces este sábado a las 05H00 GMT.
La última vez que el gobierno federal estadounidense se vio forzado a paralizar sus actividades fue en octubre de 2013, durante el gobierno de Barack Obama, cuando 800.000 empleados públicos fueron licenciados durante 16 días.
Los primeros efectos de la paralización del gobierno federal se sentirán a partir del lunes pero ya el fin de semana se veían las señales: La Estatua de la Libertad estaba cerrada.
En las Fuerzas Armadas, los uniformados deberán permanecer en sus puestos, al igual que la policía, la guardia fronteriza, los agentes aduaneros y los operadores de vuelo en todo el país.
Se mantendrán las operaciones de la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Congreso y reparticiones federales como la Oficina de Correos, aunque con menos personal.
Pero no abrirán la Dirección Impositiva, la Administración de la Seguridad Social y los Departamentos de Vivienda, Educación, Comercio y Trabajo, así como la Oficina de Protección Ambiental.
Sin señales para prever cuánto tiempo perdurará esta situación, el Congreso se reunió de emergencia este sábado, donde los líderes de los dos partidos iniciaron a distribuir responsabilidades por lo ocurrido.
El presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan estimó que los demócratas son los únicos responsables. "Hacemos cosas curiosas en Washington pero esto es pura locura", comentó.
"Hay soldados estadounidenses que se preparan para pasar seis meses en Kuwait y les preocupa que no se les pague enseguida. Es inconcebible", dijo el vicepresidente Mike Pence durante una escala en Shannon (Irlanda), donde se cruzó con militares de su país que se encontraban en tránsito hacia una misión en el extranjero.
"Estamos en negociaciones constantes" dijo a Fox News Hogan Gidley, el portavoz de Trump, quien rechazó revelar las cartas que tiene para jugar.
Trump acusa a los demócratas de perjudicar los intereses fundamentales del país.
"Los demócratas están más preocupados por los inmigrantes ilegales que con nuestros grandes Militares o con la Seguridad en nuestra peligrosa frontera sur", denunció en Twitter.
"Ellos podrían fácilmente haber llegado a un acuerdo pero en su lugar prefirieron jugar la carta del 'shutdown'", escribió el mandatario.
Más allá del presupuesto temporal, el cuarto desde septiembre, la mayoría republicana quiere adoptar uno definitivo para 2018, que cuente con cientos de miles de millones de dólares, principalmente para aumentar los gastos militares, una de las promesas de Trump.
La oposición demócrata bloqueó el acuerdo presupuestario al no incluirse una solución para los casi 700.000 inmigrantes beneficiados por el programa DACA, lanzado en 2012 por el gobierno de Obama, que les daba permiso para trabajar y estudiar legalmente en Estados Unidos. Trump no ha renovado este programa que vence el 5 de marzo.